Por María Pía Cadiz
Académica de Educación Física, Universidad San Sebastián
Según las nuevas políticas públicas, en el marco de las personas en situación de discapacidad, se ha generado un cambio en el paradigma de integración a inclusión, pero ¿cuál es la diferencia? ¿En qué se basa el cambio?
La integración consiste en que las personas en situación de discapacidad deben adaptarse a la sociedad, en cambio la inclusión en que la sociedad debe respetar su singularidad sin discriminar y otorgar las mismas oportunidades. Pero, ¿nuestra sociedad está preparada para cumplir con la nueva política? ¿Existen profesionales en el área? ¿Existen verdaderos espacios de educación para las personas en situación de discapacidad? ¿Hay espacios físicos adaptados en Chile, tales como: espacios de diversión, trabajo, transporte, entre otros?
Todo comienza con la educación, desde lo cognitivo al movimiento. Estamos en una sociedad cuyos integrantes no conocen el concepto de inclusión y menos de qué forma podemos incluir efectivamente a las personas en situación de discapacidad. La educación es primordial para que en nuestra sociedad se genere un real cambio, en todos los contextos sociales como educación, salud, transporte, entre otros.
Las personas en situación de discapacidad en nuestra sociedad son miradas siempre como ”especiales”, no son valoradas como cualquier persona, así como tampoco tienen las mismas oportunidades para estudiar, trabajar y vivir como cualquiera. Es por ello, que la educación es la base para el cambio, desde la educación preescolar a la educación media, ya que de esta forma podemos educar a los niños de Chile para que comprendan que no son personas “especiales”, sino que con capacidades diferentes, y que tienen las mismas oportunidades.
Chile y la educación tienen una gran tarea, el cambio no es inmediato, pero sí es inmediato que incluyamos a las personas en situación de discapacidad, ya que se merecen las mismas condiciones y oportunidades de vida que cualquier persona de nuestra sociedad, y con educación es posible, y no sólo con la promulgación de una nueva política pública.
Las cifras actuales son deprimentes, según SENADIS 2014 en Chile tenemos 2.068.072 personas en situación de discapacidad, uno de cada tres trabaja y la mitad tiene la educación básica incompleta, es decir, ¿cuál es el rol de la educación? ¿Cómo vamos a incluir a estas personas si no se educan?
La educación chilena tiene un gran desafío, no sólo la gratuidad, sino que “educación para todos de verdad”, no sólo para los sectores más pobres, sino también para las personas en situación de discapacidad, y con las mejores condiciones y profesionales del área. Así disminuimos la discriminación y aumentamos la igualdad de oportunidades, ya que son personas con capacidades diferentes y no “especiales”.
LAS NUEVAS POLÍTICAS DE INCLUSIÓN, ¿NUEVO DESAFÍO PARA LA EDUCACIÓN CHILENA? https://t.co/Bfme2jgSd9
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