Por George Biehl
Facultad Ciencias de la Actividad Física, USS
La llegada de Arturo Salah a la presidencia de la ANFP ya es un hecho, lo que viene a amainar en parte, solo por lo que representa, esa tormenta de rabia y desconfianza que se ha instalado en nuestro país. No solamente por los últimos acontecimientos sucedidos en el fútbol, sino también por otros muy reñidos con la ética y la ley, como son, por ejemplo, los casos de las colusiones de las farmacias, caso papelera, Penta, Soquimich y Caval, y que se están transformando poco a poco en prácticas normales en nuestro país.
Pero ¿qué tan difícil le toca al timonel de la testera del fútbol chileno? Establecer el futuro de Sampaoli, preocuparse del fútbol formativo, cuadrar caja federativa, restablecer personal, enfrentar los futuros coletazos de la era Jadue que aún no salen a la luz y, por sobre todo, limpiar la imagen vergonzosa del fútbol chileno en nuestro país y hacia el mundo… ¿podrá?
Para nada es fácil lo que se le viene a Salah, pero don Arturo sabe mucho del medio y cómo gobernarlo. Durante todo el tiempo que lo conocí, primero siendo yo jugador y luego entrenador, la honradez, credibilidad y honorabilidad siempre han sido cualidades y capacidades muy arraigadas en él. Un ejemplo de ello es la vez que en Huachipato, como entrenador, se equivocó al agregar a un extranjero más en cancha, como también le ha pasado a otros DT, pero solo él, de su bolsillo, pago la multa que le dieron al club.
Hombre con muchos cargos durante toda una vida ligada al fútbol, como jugador, entrenador, director de ChileDeportes y presidente de Blanco y Negro, entre otros, que lo han dotado de una visión técnica y ética muy desarrollada, con competencias de un alto nivel de especificidad, manifestadas a nivel nacional e internacional. Un enfoque técnico del que ha adolecido la gran mayoría de los anteriores presidentes de la ANFP, aventurándome con un futuro alentador en este mandato, que nos dé la posibilidad de que “nuestro fútbol” vuelva a tener el rumbo de coherencia, credibilidad y crecimiento que tuvimos bajo la dirección de Harold Mayne-Nicholls.
De esta manera, si alguien así hoy es el timonel del fútbol chileno, podemos estar tranquilos. Los vergonzosos hechos protagonizados por Jadue y los que hicieron la vista gorda, y que hoy se hacen los desentendidos y se pasan rápidamente a la vereda de enfrente como santas palomas, no tendrán cabida en el mandato de don Arturo y, más temprano que tarde, devolverá la honradez a nuestro fútbol.
NUEVO PRESIDENTE DE LA ANFP https://t.co/eSBu6qjJkk