CUIDE LA SALUD DE SU CEREBRO: LOS (MALOS) HÁBITOS Y LOS FACTORES EXTERNOS QUE PUEDEN DAÑAR A SUS NEURONAS

Publicado por Equipo GV 10 Min de lectura

Por Dr. Franco Lotito C. – www.aurigaservicios.cl
Académico e Investigador (UACh)

cerebroAl parecer, no todas las personas saben que determinados hábitos de vida, así como ciertos factores externos al sujeto, representan una fuente de alto riesgo y peligro que pueden conducir a una alteración y/o daño de la actividad cerebral, así como a la muerte de células neuronales al por mayor.

A continuación se presentarán aquellos factores externos y hábitos poco saludables que las personas interesadas en cuidar su capacidad cerebral y salud mental deberán evitar, con el objetivo de no exponerse a sufrir ningún tipo de daño neurológico, protegiendo por esta vía a sus neuronas y, por ende, a la maravillosa y poderosa máquina que representa el cerebro.

 

 

  1. Sufrir de hipertensión arterial: la hipertensión está causada por disposiciones hereditarias y por factores de riesgo externos, tales como: (a) la obesidad, (b) exposición al estrés, (c) el consumo excesivo de alcohol y tabaco, (d) el consumo excesivo de sal. Está demostrado que la presión sanguínea alta puede producir severos daños orgánicos, condición que afecta a órganos clave (u órganos diana) tales como el cerebro, el corazón, los riñones y los vasos sanguíneos. Para el caso del cerebro, una hipertensión alta puede debilitar las arterias finas del cerebro y gatillar un accidente cerebrovascular, un ataque cerebral o un ictus isquémico, es decir, una disminución importante del flujo sanguíneo que va al cerebro, lo que trae como consecuencia la muerte irreversible de millones de células cerebrales afectadas por la falta de oxígeno. No obstante lo anterior, también existen otras consecuencias y riesgos a tener en consideración: generación de coágulos (trombosis) en las piernas, embolismo pulmonar, neumonías, problemas cardíacos, infecciones de las vías urinarias, entre otras.
  2. No desayunar: luego de haber dormido entre 6 a 9 horas y haber estado en ayunas la misma cantidad de horas, nuestro cerebro requiere de cierta cantidad de energía con el fin de poder realizar todas las funciones cognitivas de manera adecuada, por lo tanto, saltarse el desayuno implica no brindar al cerebro la cantidad apropiada de vitaminas, nutrientes, niveles óptimos de azúcar y de proteínas que requiere, lo que significaría la muerte innecesaria de neuronas por falta de energía y por sobrecarga de trabajo y exigencias intelectuales.
  3. Estar sometido a condiciones de estrés: el hecho de que una persona viva habitualmente bajo condiciones de estrés puede conducir a una serie de graves trastornos de salud, tanto físicos como mentales. Además de la posibilidad real de caer en una depresión o de experimentar alteraciones graves del ánimo (distimias), el estrés daña la conectividad y la estructura cerebral, mata las neuronas, al mismo tiempo que evita que se formen nuevas neuronas en el hipocampo, que es la zona del cerebro que está relacionada con nuestra capacidad de memoria. Según diversos estudios de la Universidad de California publicados en las revistas científicas Journal of Neuroscience y Molecular Psychiatry, el estrés de tipo crónico lleva a generar diferencias entre el volumen de la materia gris y la materia blanca, provoca cambios estructurales y afecta las funciones cognitivas del cerebro.
  4. Estar expuesto de manera constante a ambientes contaminados: dado el hecho de que el cerebro es uno de los órganos que más oxígeno consume, el hecho de vivir en ambientes polucionados, obliga a las personas a inhalar aire contaminado con sustancias que son tóxicas, venenosas, incluso carcinogénicas, lo que hace que disminuya el suministro de oxígeno puro y limpio al cerebro, lo que a su vez, provoca una notable disminución del desempeño y eficiencia cerebral.
  5. Falta de estimulación cerebral: toda persona que desee evitar el deterioro cognitivo, debe tener muy presente, que está obligado a estimular cada una de las funciones del cerebro diariamente y de manera habitual, ya sea a través de la lectura, la realización de cosas nuevas, la práctica de algún juego de tipo mental que ayude a mantener al cerebro activo y estimulado (jugar ajedrez, jugar a las damas, resolver puzles, sudokus, mantener un hobby, etc.), de otra forma, la persona se expone a sufrir de manera anticipada de trastornos como el Alzheimer o la demencia senil, con pérdida de capacidades como la memoria, el lenguaje, el juicio y el razonamiento.
  6. El sedentarismo: uno de los hábitos más arraigados del hombre moderno es la práctica de un sedentarismo a ultranza, es decir, el no realizar ningún tipo de deporte o actividad física. La inactividad del cuerpo disminuye la segregación de diversas sustancias químicas que son importantes para el organismo y el cerebro, todo lo cual se traduce en la pérdida de habilidades. Al revés: está demostrado que hacer actividad física permite cambiar y modificar la estructura y el funcionamiento de nuestro cerebro, factor que influye de manera importante en la salud mental y física.
  7. No dormir bien o dormir muy poco: una de las consecuencias más graves de no dormir lo suficiente, o bien la falta de sueño por períodos prolongados, es que se acelera la pérdida de células del cerebro, produciendo efectos dañinos de tipo cognitivo a corto, mediano y largo plazo, además de trastornos degenerativos como la demencia. Es así, por ejemplo, que tras una noche sin dormir, la persona puede presentar severas dificultades para concentrarse y poder llevar a cabo tareas que requieren pensar, reflexionar y tomar decisiones.
  8. Cubrirse la cabeza mientras se duerme: el peligro que se corre al dormir con la cabeza cubierta, es que se incrementa la concentración de dióxido de carbono, lo cual disminuye de manera considerable la presencia de oxígeno, lo que puede provocar efectos dañinos en el cerebro.
  9. Hábito de fumar: los elementos químicos tóxicos que despide el tabaco, no sólo tienen un grave impacto negativo a nivel pulmonar, sino que también afecta de forma significativa las funciones cognitivas de la persona fumadora. Existe un alto riesgo de sufrir pérdida grave de memoria y de Alzheimer al llegar a la tercera edad. Hay estudios publicados en el año 2015 en la revista Molecular Psychiatry por los doctores Karma y Ducharme, que indican que el exceso de consumo de tabaco conduce a posibles aneurismas cerebrales y a un significativo adelgazamiento del área cortical, un marcador típico de envejecimiento cerebral.
  10. Comer en exceso y muy grasoso: el hecho de comer en exceso y con altos contenidos de grasa tiene graves repercusiones para el organismo en general –peligro latente de desarrollar arterioesclerosis– y para el cerebro en particular (Alzheimer, demencia senil). De acuerdo con una publicación de la revista Journal of Alzheimer’s Disease, si la dieta contiene demasiadas grasas y colesterol, el cerebro tiende a experimentar una suerte de inflamación que provoca una alteración de la función nerviosa, lo que a su vez provoca que la memoria de trabajo (o memoria inmediata) se reduzca de manera significativa. Por otra parte, el consumo elevado de azúcar interrumpe la absorción de proteínas y nutrientes, elementos que son vitales para que el cerebro genere nuevas neuronas.

 

Para efectos de prevenir todo tipo de daño neurológico, mantener activas y en buen estado todas las funciones cognitivas de nuestro cerebro, la sugerencia para los lectores es preocuparse de hacer cuanto antes algunos cambios en los hábitos y estilo de vida que la persona lleva actualmente, debido a que dichos cambios pueden hacer una gran diferencia entre un buen funcionamiento intelectual y un pobre desempeño cognitivo.

Estimular el cerebro, consumir una dieta rica en antioxidantes, evitar el consumo excesivo de tabaco y alcohol, realizar una actividad física de manera habitual con el fin de salir del sedentarismo diario, son medidas sencillas que toda persona interesada en cuidar sus células grises y su cerebro puede llevar a cabo, sin que ello produzca trastornos ni grandes cambios en la vida de las personas. Por el contrario: el sujeto interesado, estará tomando medidas preventivas con el fin de evitar todo tipo de daño neurológico ahora y en el futuro y, por esta vía, poder cuidar y proteger de manera adecuada esas maravillosas neuronas que nos han sido concedidas.

Comparte este artículo
12 Comments

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *