Por Marisa Traverso
Académica de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física, U. San Sebastián
Y lo hizo de nuevo. El domingo pasado se adjudicó su medalla de oro número 19 en la prueba de relevos 4×100 libre, nadando excelente y permitiéndole a Estados Unidos imponerse por sobre el cuarteto de Francia, quienes les habían arrebatado el primer lugar en Londres 2012.
Los niveles exhibidos por Michael Phelps requieren de talento, pero también de mucho entrenamiento. Comenzó a nadar a los 7 años, como una forma de canalizar sus energías y de escapar de las peleas en el hogar. Nadador de condiciones excepcionales, mide 1.95 metros y pesa más de 80 kilos, con una envergadura con los brazos abiertos que alcanza los 2.04 metros y calzando 46.
Además de su físico privilegiado, entrena más de 5 horas en agua al día, los 7 días a la semana, casi sin vacaciones, cuidando alimentación y descanso durante muchas temporadas. Lo anterior más la tecnología puesta al servicio del rendimiento, han dado como producto un deportista de excepción.
Sus hazañas lo han llevado a ser catalogado el mejor nadador de todos los tiempos y el deportista que más ha ganado medallas en Juegos Olímpicos. Su primer juego Olímpico fue en Sydney 2000 con apenas 15 años, donde salió quinto en 200 metros mariposa. No fue hasta en Atenas 2004 que ganaría sus primeras medallas. En Beijing 2008 supera al legendario Martz Spitz y gana 8 medallas de oro. En Londres 2012 logra otras 4 medallas de oro y 2 de plata.
Sin embargo, tantos éxitos no han estado ausentes de conflicto. Episodios de exceso de alcohol y consumo de marihuana han ensuciado la imagen deportiva de Phelps, al punto que en el 2014 y luego de haber retomado los entrenamientos, la Federación de Natación de Estados Unidos decidió apartarlo del equipo, al haber sido arrestado manejando a exceso de velocidad en estado de ebriedad. Además, no pudo participar en el Campeonato Mundial de Natación de Kazán (Rusia) y sus auspiciadores, al igual que en el pasado, le quitaron su apoyo.
El soporte de sus amigos y familiares, el reencontrarse con su padre y su propia paternidad le dieron la fuerza para salir adelante, internarse en una clínica de desintoxicación y volver a entrenar, mostrándonos a todos que el afecto y el deporte brindan segundas oportunidades.
Gran Valparaíso – EL FENÓMENO PHELPS – Lea otras columnas en Granvalparaiso Por Marisa Traverso Académica de la… https://t.co/BrG7UYqRAM
Sergio Duran liked this on Facebook.
Ruben Bolados liked this on Facebook.
Vargas Lucia liked this on Facebook.