Por Arturo Jaque Rojas
Columnista Granvalparaiso.cl
Y si de drogadicción se trata, en un periquete retomaremos la idiotez nacionalista hasta el paroxismo, que, en este caso particular, se funde y confunde con el pathos del fútbol, para ver la posibilidad de remontar posiciones en la tabla y así poder llegar a Rusia.
Pareciera ser que a nadie le interesa que este deporte sea una mafia, que los futbolistas cobren cifras millonarias por “amor a la camiseta roja”, y que los jugadores sean una manga de peloteros. pelotudos-como los que profitan de ello- que viven en burbujas de fastuosidad y lujo; lo que, por demás, se usa para distraer a las masas del curso de la historia, la política, la economía, etc.; y de las decisiones concretas que impactan sobre su día a día. Es de suyo conveniente y delicioso para los opresores observar cómo las masas se desgarran entre sí, antes que reaccionar y tomar conciencia de que el enemigo es uno y otro, el que maneja los hilos de las marionetas.
En este reino de Jauja del neoliberalismo furioso y beligerante en grado máximo que es Chile, cualquier medida o pensamiento que se desvíe lo mínimo de la legalidad establecida, es considerada una amenaza que debe ser sofocada en ciernes, mientras se permite o se hace la vista gorda ante el cáncer de la corrupción que todo lo ha invadido, aunque en el fondo es parte de la sintomatología de esta enfermedad que es el capitalismo global, del que Chile es un apéndice.
Para finalizar, un botón de rosa: en mi amado país, se están preparando los funerales de la filosofía; al fin y al cabo, no sirve para nada, sino sólo para dar significado, en medio de una tormenta, a la andadura existencial.
Total, que más da: ya en su momento se suprimieron la prueba específica de historia de chile, para ingresar a las universidades; y borraron de un plumazo economía y educación cívica. Todo lo cual fue obra de la entonces Concertación, que le interesaba dar al traste con los jalones de la historia, entretejidos de horror, preparando el terreno para consumar su traición y consolidar el modelo legado por la tiranía.
Hoy, reina un caos de padre y señor míos, que se traduce en una ensalada de contenidos de primero a cuarto medio, sin mencionar los otros niveles; de suerte que el alumno sale más ignorante que antes. Lo que interesa es que se cumplan las obligaciones, sin rechistar por sus derechos, reivindicaciones, justicia social, sindicalizarse u otras materias subversivas, que alteren las reglas y la estabilidad para los inversores tanto dentro como de fuera. ¿Qué suerte nos depara la Historia?.