La Facultad de Economía y Negocios de la Universidad San Sebastián entregó propuestas para iniciar un debate en torno a las condiciones económicas y sociales de las personas mayores, destacándose temas como flexibilidad laboral y posibles beneficios tributarios a quienes sean cuidadores o sostenedores de personas vulnerables.
El coloquio “Inclusión socioeconómica de Personas Mayores” se inició con la presentación de Mikel Uriarte, decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad San Sebastián, quien se centró en la caracterización de la realidad socioeconómica de este grupo etario, en el déficit de medidas que eviten una sobrecarga impositiva, y en la rigidez laboral que imposibilita que personas activas y capaces puedan participar del mercado laboral.
Posteriormente, un panel compuesto por Cecilia Morel, ex Primera Dama y presidenta de la Fundación Chile Vive Sano; Enrique Paris, presidente del Colegio Médico, y Andrés Ariztía, capellán de la Fundación Las Rosas, debatieron en torno a la importancia de una Participación Social Activa de las personas mayores, intercambiando sus experiencias en sus correspondientes disciplinas en el foro moderado por el comunicador y abogado Cote Evans.
Deterioro socioeconómico de las personas mayores
La Encuesta Casen 2015 visibilizó que de los mayores de 60 años, 6.6% son pobres, pero cuando la medición es sobre pobreza multidimensional, se transforma a 21.6%. Además, sobre 60 años, la Tasa de Participación Laboral es de sólo un 29.7%. De ellos, el 20% de menores ingresos tiene una tasa de participación del 14%. En conclusión, los más pobres y de mayor edad tienen menor participación en el mundo del trabajo, y más precaria.
De las personas mayores ocupadas, 42% son independientes y sólo un 58% son asalariados, en comparación al 83% de asalariados entre 25-44 años. Por lo tanto, las personas de mayor edad son las que participan activamente en el mercado laboral de manera independiente.
Mikel Uriarte, decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad San Sebastián, y cuya carrera de Ingeniería Comercial USS recientemente se acreditó por 6 años, explicó que “el sentido es proponer políticas públicas, y en el caso de las personas mayores, que se concentren en el corto plazo. Algunas posibles apuntan, por ejemplo, a la creación de un beneficio tributario a los hijos, parientes y posibles sostenedores y cuidadores de personas mayores vulnerables. Esto sumado a generar acciones para aumentar la actividad laboral y potenciar la flexibilidad laboral, considerando que hay muchas personas mayores dispuestas, aptas y con la necesidad de mejorar sus ingresos. Lamentablemente, no vemos un foco de atención concreto en este grupo de chilenos”.
De acuerdo a la Encuesta Suplementaria de Ingreso 2015, el ingreso medio de los ocupados cae fuertemente después de los 65 años a $382.646 versus la media nacional de $505.477.
En ese aspecto, el decano Uriarte llamó a “analizar una exención de impuestos a las contribuciones de personas mayores y en condiciones de vulnerabilidad, es un impuesto anacrónico para personas que han cumplido sus obligaciones, y especialmente en el caso de los adultos mayores, quienes han visto resentidos sus ingresos”. Creemos viable también la discusión de un mecanismo utilizado en países desarrollados como la Hipoteca Revertida Voluntaria, es decir, el poder vender su propiedad a una entidad aseguradora recibiendo a cambio una pensión mensual vitalicia en UFs, pero con la virtud de usar su inmueble hasta su fallecimiento. Es decir, mejorar su nivel de vida incrementando su nivel de ingresos, siempre de manera voluntaria”.
Según el Índice de Precios para el Adulto Mayor, a octubre de 2016 se registró una variación positiva de un 0.2%, y una variación a 12 meses de un 2.9%. En el desglose del IPC del Adulto Mayor Vulnerable, el índice aumentó a 3.2% en un año, en contraste de la variación de 12 meses del IPC general que sólo registró una variación anual de 2.8%. Es importante destacar que el costo real de la vida de las personas mayores registra un aumento mayor al índice nacional, lo que acentúa la precariedad de la vida de este grupo etario.
Uriarte puntualizó que “debido a prioridades en sus gastos como remedios, las personas mayores tienen un costo de vida más alto, pero a la vez tienen menores oportunidades para generar ingresos o subsistir que otros grupos. Es un desbalance prioritario a resolver con recursos del Estado, pero también con el conocimiento de las Universidades y centros de pensamiento, como también por la voluntad del mundo privado”.
El coloquio “Inclusión socioeconómica de Personas Mayores” forma parte de una iniciativa de trabajo de la USS en temáticas de la persona mayor desde principios de 2016, y que convoca a las Facultades de Economía y Negocios, Medicina, Odontología, Derecho y el Instituto de Políticas Públicas en Salud y que culminarán en una propuesta de políticas públicas de la Universidad San Sebastián en torno a las temáticas que afectan a las personas mayores.