Por Dra. Nelly Baeza
Directora del Centro de Salud Pública de la Universidad Central
El fin de semana pasado la ciudad de Chañaral revivió la pesadilla del aluvión, debido a las copiosas que cayeron en la Región de Atacama. Situación que ya había sucedido en 2015, pero que en esta ocasión provocó la división de la ciudad en dos, producto del desborde del río Salado, arrasando con 150 casas.
Al igual que con el aluvión de marzo de 2015, la lluvia y el posterior frío en la zona constituyen un terreno fértil para la aparición de problemas de salud, tales como las afecciones respiratorias. Asimismo, las dificultades en la provisión de agua (recordemos que 40.300 casas quedaron sin suministro) y de, eventualmente, alcantarrillado es terreno propicio para que las enfermedades entéricas se hagan también presentes.
Pasada la emergencia, con evacuación de población mediante, llega el momento de poner atención en la salud. Tareas asociadas a la recomposición del lugar, también pueden impactar en la salud de las personas como, por ejemplo, la remoción de barro y escombros que puede producir laceraciones y heridas en quienes estén cumpliendo esta labor, por lo que es aconsejable usar indumentaria que los proteja de cortes o heridas punzantes. De hecho, si se tiene que hacer remoción de escombros, es recomendable vacunarse contra el tétano.
En el caso de las personas que se encuentren albergadas, es importante mantener las condiciones de higiene, abrigo y recreación adecuadas, haciéndoles entrega de agua bebestible sanitizada.
El equipo de atención primaria debe desarrollar un catastro de los daños de su comunidad y coordinar los recursos para dar respuesta a los enfermos, según su capacidad o solicitar ayuda a niveles más especializados. No olvidemos que, además, en esta oportunidad el hospital de Chañaral resultó gravemente afectado, por lo que será necesario disponer de lugares adecuados para cumplir con las labores de atención sanitaria.
La clave, en esta fase, es proveer atención de morbilidad respiratoria u entérica, que serán los servicios más requeridos. Vacunar a la población que lo necesita y educar en medidas sanitarias de emergencia, como el potabilizar el agua, son determinantes en estados de emergencia como está viviendo nuevamente el norte de nuestro país.