Kast agredido: La violencia no es el camino

Publicado por Equipo GV 4 Min de lectura

Por Daniel Sánchez
Psicólogo y académico de la Universidad Central

felipe-kast-agresionAlgo que parece triste dentro del marco de la sana convivencia social es lo que le ocurrió al pre candidato presidencial Felipe Kast y la agresión sufrida luego de la presentación de sus propuestas, pues comulgando o no con sus ideas es tiempo ya de callar nuestra historia de odios, violencia y agresión ideológica.

Poco se puede construir con la rabia y resentimientos sin límites; prueba de ello, los famosos portonazos llevándose niños, balaceras a plena luz del día, violaciones a menores, transfobia y cuanta cosa puede usted imaginar que sólo evidencia nuestra falta de empatía y valoración del otro.

La aceptación del otro como una persona digna, válida, respetada en la convivencia resulta siempre compleja, pues implica abandonar nuestras limitaciones, concentrar los esfuerzos en el bienestar del otro y no el propio; lo contrario: sacarnos del centro para terminar diciendo cosas que se tornan verdad irrefutable.

Vea lo que ocurre con casos como el de Nabila Rifo. La pareja, sin siquiera un análisis de parte nuestra, era ya culpable, condenado y denostado públicamente desde una tribuna anónima habitualmente (las famosas redes sociales) en las que no es usual el diálogo y negociación.

Lo que ocurrió con Kast es similar en la medida en que venía a exponer sus ideas, pero muy probablemente las personas ya aburridas, cansadas y hartas de tanto atropello deciden violentarse, asustarlo y agredirlo.

Muy diferente es confrontarlo en las ideas. Es cosa de entrar en su programa de gobierno para encontrarse con frases como: “Es cierto que la izquierda carga con mayor responsabilidad en este fracaso del Estado, pero la pasividad de la derecha tiene, por contraposición, su también cuota de responsabilidad” (es decir, la izquierda responsable y la derecha pasiva) o más aún respecto del reconocimiento a la identidad de género, “las personas deben ser libres para cambiar de sexo y que sea reconocido como tal por el Estado”. Aquí, claramente, algo que debiese generar debate, pues quien quisiera ser presidente no debiese confundir ‘identidad de género’ con ‘cambio de sexo’, probablemente es la razón que esgrimen para agredirlo en una actividad pública.

Es posible a lo largo de la propuesta completa encontrar otras cosas que nos puedan alterar; faltas de conceptos fundamentales, discursos violentos, la eterna discusión bizantina de derecha-izquierda, hombres-mujeres, etc.

No se promueve desde esta tribuna la agresión física ni psicológica. El señor Kast desconoce muchos aspectos centrales de las discusiones que nos resultan a algunos relevantes y, en otras ocasiones, abusa de ciertos simplismos y herramientas banales para llamar la atención. Usted recordará aquel video en el que aparece vestido de mujer, el que además de ser claramente una copia de algún video anterior, demuestra la poca capacidad de abstracción cuando se abusa de un recurso simplista para evidenciar una discusión compleja, aquí cabe la pregunta: ¿había otra manera de referiste a la igualdad que no fuese mediante un hombre vestido de mujer?

Kast, lamentablemente agredido, tiene el camino aun para recorrer sus empeños, resulta del todo favorable que defienda sus ideas desde afuera de la trinchera con valentía y coraje; otra cosa, sin embargo, es que sus argumentos y proyectos se encuentren algo oxidados y difícilmente puedan lubricarse desde hoy hasta el fin de la campaña, pues ello implica sin dudas una conversión que pocos están dispuestos a vivir.

Comparte este artículo
Deja un comentario

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *