Punta Peuco no es el fin de la historia

Publicado por Equipo GV 9 Min de lectura

Por Pablo Varas
Escritor

 

punta-peucoLa existencia de una cárcel/privilegio para militares que fueron procesados y condenados por delitos de Lesa Humanidad, son la evidencia de una transición que permanece inconclusa y donde la concertación se rindió al largo listado de condiciones que hiciera Pinochet para hacer el abandono de la casa de los presidentes. Las violaciones a los Derechos Humanos eran un asunto que siempre preocupó a los militares, es por ello que en 1978 Pinochet dictó la Ley de Amnistía para exculpar a todos los uniformados.

En Punta Peuco no están los militares que traicionaron a la patria y que se levantaron en armas para quebrar la institucionalidad por exigencias que fueron financiadas por la CIA. Existe sobrada y abundante evidencia/documentación de público conocimiento, donde queda de manifiesto que el accionar uniformado está lejos de la autoridad/dignidad que le entrega la ciudadanía para que sea defendida ante una eventual agresión externa.

Se conoce como Informe Church del Congreso Norteamericano. Allí están las evidencias de las acciones encubiertas planificadas por la CIA, y que fueron ejecutadas por militares y civiles chilenos. Se pagaba a periodistas, se financiaban programas de radio, a editorialistas y reporteros. Se financiaba en dólares a los oficiales del ejército chileno que ejercían como funcionarios de la CIA. Miles de dólares circularon para imprimir afiches de tanques rusos frente a La Moneda, y donde se aseguraba la desaparición de la religión católica, el fin de la vida familiar y hasta de la patria. Toda la tradición en peligro. (1)

“Sobre lo que ocurrió con el señor Allende, no es parte de la historia de Estados Unidos de la cual estemos orgullosos. Ahora tenemos una manera más responsable de tratar estas cuestiones” Colin Powell. Secretario de Estado. 2003.

Los traidores militares no quieren recordar cuando enviaron a sus esposas para dejar trigo en las puertas de la casa del General Prats para tratarlo de gallina/cobarde. No es una estrella al valor uniformado asesinar a un ex Comandante en Jefe de las FF.AA junto a su esposa, en una operación de la DINA ordenada por Pinochet en una conducta extremadamente repudiable, y que los deja en una foto de eterna como constatación en el muro de la miseria humana.

Fueron civiles militantes de Patria y Libertad adiestrados por militares los que la noche del 27 de julio de 1973, asesinaron al edecán naval del presidente Allende capitán Arturo Araya Peeters, destinado para llegar a la Comandancia en Jefe de la Armada, dejando al margen a Merino que era el hombre que tenía la Oficina de Inteligencia de la Marina Norteamericana. Los asesinos del Capitán Arturo Araya recibieron penas condenatorias muy pequeñas, y en las primeras semanas del golpe, Pinochet los indultó. Han pasado muchos años de estos hechos y aún Chile espera que la verdad sea contada por la marina a manera de arrepentimiento, pero eso ya está así escrito, y lo sabrán nuestros hijos también.

Están todos los nombres de los que asesinaron al general Schneider, que siempre la CIA lo consideró un elemento peligroso por sus convicciones de militar constitucionalista y no corrupto, no se vendió como lo hacen los hombres dignos, es decir no recibía salario del Departamento de Estado norteamericano, como si practicaban otros generales del alto mando y de todas las ramas uniformadas.

Y está Punta Peuco….

En ese recinto viven los uniformados y agentes del Estado que actuando bajo la impunidad que entregaban las Fuerzas Armadas y de Orden, se dieron a la abominable tarea de exterminar a un sector de chilenos que ellos consideraban enemigos de la patria, y vendidos al imperio internacional. Los crímenes y atentados a los derechos fundamentales de millones de chilenos están en dos Informes que se han redactado teniendo como fuentes los familiares directos, los testigos y las investigaciones sobre los crueles y deleznables crímenes.

Sacar presos políticos desde la cárcel para fusilarlos en mitad del desierto los define a ustedes como asesinos. Colocar a hombres dignos con la espalda en la muralla y dispararles sin juicio previo y legítima defensa, es un crimen. Matar y hacer desaparecer a mujeres embarazadas sobrepasa lo que se entiende como normalidad y que sólo anida en el cerebro militar, actuar de esa forma era posible al existir una orden que provenía desde el mismo Pinochet, eso les dio la seguridad de la impunidad.

En esa prisión privilegiada que fue construida especialmente para Fuerzas Armadas, habitan militares a quienes se les respetaron todos sus derechos básicos. No fueron torturados, no hay mujeres de la DINA/CNI que fueran convertidas en juguetes de los perros de la Mayor Ingrid Olderock. Tuvieron un juicio justo y en condiciones muy diferentes a los que pasaron años entre rejas, pasillos y candados en todas las cárceles de la patria. Tuvieron abogados que no eran perseguidos y golpeados por agentes en pasamontañas. Los de Punta Peuco pueden comer tranquilos y seguros, hubo presos políticos que fueron envenenados por la CNI con la anuencia de la oficialidad de Gendarmería.

Cerrar Punta Peuco es un compromiso que debe ser cumplido, ya llegará su hora de bajar el telón de esa negra historia que ya está escrita para las nuevas generaciones y para que otros pueblos hayan comprendido este periodo y a todos actores, algunos pocos dignos y otros que atravesaron las puertas del olvido para habitar en esos rincones que tienen guardados para los miserables.

Los años de justa condena a cumplir para los asesinos uniformados, no reparan la falta que nos hacen nuestros cercanos y compañeros que fueron arrancados en esos días de bruma y odio, es verdad que nos faltan para vivir, pero tenemos la certeza que muchos pasos en la calle para exigir derechos y vida justa, son la memoria y la historia.

Los de Punta Peuco no están solos, los cobijan diputados y senadores UDI/RN Moreira, Jacqueline Van Rysselberghe, Jovino Novoa, Jaime Orpis, María José Hoffman, Ernesto Silva, y también Camilo Escalona y Patricio Hales, que les pidieron perdón por haber sido parte de los que polarizaron los tiempos previos al golpe y la dictadura. Piñera que celebró con champaña el día en que caía defendiendo su proyecto el presidente más digno que construye nuestra historia republicana.

“Con seguridad, muchas de las pruebas que se han acogido como válidas no lo serían en el nuevo sistema procesal. Son los únicos procesados que han sido condenados cuarenta años después de los hechos por los cuales fueron juzgados”. Oscar Izurieta Ferrer. Ex comandante en jefe del ejército.

Izurieta Ferrer debe saber que actualmente siguen siendo procesados criminales que fueron actores activos en el periodo 1940 – 1945, sin que sean sus años un problema para su juzgamiento. Augusto Pinochet desconociendo el Informe Rettig y que fue procesado por haber robado dinero fiscal y enriquecimiento ilícito. Emilio Cheire acusado por ex presos políticos de haber sido torturados por él.

 

 

(1)  Patricia Verdugo. ALLENDE Cómo la Casa Blanca provocó su muerte. Ed. Catalonia. 2003.

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