Por Alejandra Riveros
Académica Escuela de Publicidad, Universidad Central
Cuando las cosas se hacen bien y asertivamente, es meritorio destacarlo y de manera pública. Eso fue lo que sucedió con Chilevisión, canal que decidió sacar de su staff a la mismísima doctora María Luisa Cordero, quien entregó unas desafortunadas declaraciones frente al caso de Valentina Henríquez, víctima de violencia por su pareja, el ex vocalista de la banda Los Tetas, Camilo Castaldi. La siquiatra calificó la relación entre el músico y la joven como de “carácter sadomasoquista” y dejó a la víctima como la responsable principal de estos actos de violencia, ya que “disfrutaría” de tal castigo por parte de su pareja. Incluso, habría asegurado, de manera textual, que “ella se calienta, cuando le pegan”.
Ante lo sucedido, se agradece sinceramente el acto de autocrítica y valentía que realiza Chilevisión, ya que si bien la doctora Cordero no emitió estos dichos en el programa donde ella era panelista (lo hizo en el espacio ‘Sentido común’ de Radio El Conquistador), sus declaraciones no eran pertinentes en un contexto donde el tema de la violencia contra las mujeres ha impactado a toda la sociedad chilena. El medio reconoce en el comunicado, que el canal ha incorporado dentro de su línea editorial, el tratamiento de la violencia de género como un aspecto de relevancia, por lo que debe ser abordado de manera responsable. De ahí que mantener a la siquiatra se hacía insostenible, debido a sus dichos descalificatorios y discriminatorios frente a la relación de Henríquez y el músico, expuesta en los medios, luego que Valentina lo denunciara públicamente por agredirla. Este mensaje acompañado por crudas imágenes con escenas de evidente maltrato, se masificó desde facebook a todos los rincones de Chile.
Ha sido un nuevo caso desgarrador que provoca una impotencia generalizada, por ver cómo se construye o destruye mediante el lenguaje, levantando o dejando caer a una mujer, víctima del estereotipo, quien finalmente se atreve a exponerlo públicamente, pese a la crítica y a la sanción social.
En este contexto, la decisión de Chilevisión nos recuerda el importante rol que deben cumplir los medios de comunicación en el devenir de una sociedad. No es menor que un medio de alcance masivo, tenga la voluntad de hacerse cargo por lo que uno de sus profesionales puede hacer o decir. Por eso, aquí se cumple absolutamente con uno de los sentires que se intenta traspasar al momento de formar a las nuevas generaciones de profesionales de la comunicación: esto es entender que los medios deben corroborar las normas sociales ante los ciudadanos y alertar a los mismos sobre hechos que pueden transformarse en peligros a nivel país y globalmente.
Por ello, el acto de Chilevisión viene a ratificar que el tema de la violencia contra las mujeres, ya no es una realidad aislada, sino que al contrario. Con esta decisión se deja en claro que los medios de comunicación presentan un rol altamente gravitante en la construcción de la realidad de hombres y mujeres. Con el despido de la doctora Cordero se simboliza la sanción pública a cualquiera que ostente minimizar el tratamiento de violencia de género. Con esto, se entrega un referente de conducta, un modelo digno de imitar. Mediante este acto, se sanciona el incorrecto comportamiento de los líderes de opinión, quienes son responsables de lo que pronuncian, en todo tiempo y todo lugar. Por eso, Chilevisión, ha aprobado un examen altamente complejo. Imitemos entonces este accionar.