Rotación incorrecta de la cadera, extremidades inferiores desalineadas, pies chuecos y constantes caídas, son algunas de las consecuencias físicas que tendrá su hijo al sentarse de esta forma.
Es muy común en los niños. Sentarse en W, con las rodillas flectadas hacia atrás, dejando las piernas al costado de las caderas, o en posición W-Sit. Esto les permite concentrarse en la actividad que están haciendo, sin preocuparse de mantener el equilibrio porque tienen una gran base de apoyo. Sin embargo, esta postura repercute negativamente en su salud.
Un niño llega a sentarse de esta manera, porque durante su primer año de vida no ha tenido la oportunidad de poder hacer una buena activación de su tronco. Esto tiene que ver, básicamente porque sus padres no lo pusieron de guatita o decúbito prono.
¿Pero por qué pasa esto? Según la directora de Kinesiología Sede Santiago de la U. San Sebastián, Kgla. Sandra Sanhueza, hace 30 años atrás llegó una recomendación desde la Asociación Internacional de Pediatría Americana, de no hacer dormir a los niños en esa posición, ya que aumentaba las posibilidades de que sufrieran muerte súbita. Efectivamente tras ese estudio, el porcentaje de muerte súbita a nivel mundial bajó de 3,7% a 0,76% en el 2015, pero en Chile a algunos padres les quedó la idea que la posición decúbito prono o acostado de guatita, era mala de cualquier forma.
“Si un niño no se pone de guatita en una edad muy temprana, hace que después cuando tiene 3 o 4 meses no le gusta estar en esa posición y lloran, por lo que los padres optan por no colocarlos así. Eso influye directamente en que el niño no gatee. Si el niño no gatea, la activación de tronco desde la cintura escapular no va ser la más adecuada, no va a tener un buen fortalecimiento y coordinación, por eso llega a sentar en W”, explica la docente.
Riesgos y problemas
La profesional añade que sentarse en W, genera una desalineación de la cadera. En palabras sencillas, si tengo una cadera en rotación interna, las rodillas se van a juntar más, entonces la pierna – al estar los muslos en constante roce – va hacia el otro lado, lo que genera una rotación de pies hacia adentro. Resultado: Caminar muy desalineado, la espalda chueca y constantes caídas cuando el niño corre.
Según la kinesióloga esta situación se puede corregir, pero representa una tarea de familia. “Muchas veces los papás creen que con ir al ortopedista y colocar una plantilla en el pie, se mejora. Pero el problema no es del pie, el problema viene desde la cadera. Es la cadera la que nosotros tenemos que hacer volver a su alineación normal para que estas extremidades vuelvan a estar derechas. El kinesiólogo le puede dar a la familia pautas de trabajo en la casa, porque para mejorar esto hay que intervenir las actividades de la vida diarias del niño, entonces tiene que haber un tema de familia”.
Uno de los ejercicios que pueden realizar los niños que ya presentes esta desalineación son: trepar, andar en bicicleta y andar en patines (a partir de los 3 o 4 años), ya que todas estas actividades llevan la cadera rotación externa y esto hace que el niño se comience a alinear correctamente.