“Me lo recomendó un familiar”, “lo vi en internet”, “lo pedí en una farmacia” o lo “compré en una feria libre”, son las respuestas más usuales de las personas cuando se le pregunta como accedió a un determinado medicamento.
La automedicación es una práctica habitual en la población chilena. Las personas tratan de mejorar su estado de salud pensando en una solución inmediata o alivio momentáneo mediante indicaciones que no son realizadas por un médico. Pero esa conducta tiene riesgos que pueden ser muy peligrosos, como: presentar una reacción adversa (que puede ser grave); que el tratamiento sea ineficaz para su dolencia; enmascarar u ocultar la enfermedad que verdaderamente padece o empeorar su estado de salud.
Clarissa Gondim, académica de la carrera de Química y Farmacia de la Facultad de Ciencia de la U. San Sebastián (USS), señala que la automedicación es muy riesgosa en todas las personas, pero particularmente en quienes “presentan enfermedades crónicas como hipertensión arterial, insuficiencia cardiaca, diabetes, insuficiencia renal e insuficiencia hepática”, entre otras patologías. Esto debido a que esas personas ya toman medicamentos diariamente que son prescritos por el médico, por lo tanto la mezcla con otros fármacos puede: “empeorar su estado de salud o inhibir la efectividad de su tratamiento”, explica la experta.
Malos consejos
Clarissa Gondim explica que lo que le hizo bien a una persona no necesariamente tendrá el mismo efecto en otra. La académica indica que la gente que se automedica se guía por consejos de familiares o amigos, pero también se ve influenciada por lo que se conversa en las redes sociales e internet.
“Generalmente las personas utilizan referencias de quienes tomaron un medicamento y que les hizo bien pensando que le producirá el mismo efecto y a veces, lo único que logra es empeorar su estado de salud”, indica la Químico Farmacéutica.
Qué es lo que más se consume
La Químico Farmacéutica indica que muchos pacientes adquieren “analgésicos como paracetamol y antinflamatorios como Ibuprofeno, ketoprofeno y diclofenaco y también antialérgicos como loratadina, desloratadina y clorfenamina”.
“Es importante no sobrepasar las dosis indicadas por el médico, ni siquiera combinar con otros medicamentos, porque se puede llegar a dosis tóxicas y reacciones adversas que pueden ser graves”, afirma la académica de la USS.
Puntualiza que ninguna sustancia es inocua e incluso aquellos productos que son de origen natural.
Dónde adquirir los remedios
La docente también pone de manifiesto en otros lugares donde la gente consigue medicamentos como son las ferias libres y enfatiza que la situación es peligrosa por las condiciones de almacenamiento, exposición al medio ambiente y su fecha de caducidad.
“Cuando el principio activo de un medicamento se degrada con la luz, se requiere almacenar protegido de ella, ya que de lo contrario el fármaco se inactiva”, dice la Químico Farmacéutica.
Además hay que considerar que se puede tratar de medicamentos falsificados o reenvasados.