Por Nicolás Freire
Académico Facultad de Gobierno, U. Central
Parte importante de la recta final de una campaña política en Chile es representada por la emisión de la franja electoral, un espacio tradicional para conocer ‘algo más’ de la oferta y propuestas políticas de cara al voto. Sin embargo, a casi 30 años de sus primeras emisiones, la misma no ha estado exenta de críticas que van desde su contenido publicitario, más orientado a la forma que al fondo, hasta una desigual distribución de espacios entre los actores políticos.
El desarrollo de nuevos fenómenos en torno a la franja electoral merece una atención particular. Me refiero a la conversación política en las redes sociales, que se materializa en el territorio virtual y, muchas veces, se convierte en contenido para los medios tradicionales.
En el territorio digital, la conversación sobre la franja ha girado en torno a los hashtags #FranjaElectoral y #FranjaElectoral2017, que han sido analizados por el Observatorio Política y Redes Sociales de la Universidad Central.
El análisis destaca que, durante los primeros 11 días de conversación, hubo mayor presencia de la ‘franja parlamentaria’ (51%) por sobre la ‘franja presidencial’ (49%). Lo anterior representa un llamado de atención a los candidatos a la presidencia, que no logran cautivar al internauta y concentrar la conversación en torno a ellos. También implica una oportunidad para los candidatos al parlamento que, con escasos recursos, quieran dar a conocer su imagen y viralizar su mensaje en espacios distintos al territorio político tradicional.
Sin embargo, esa oportunidad pareciera no haber sido plenamente aprovechada. Datos del Observatorio muestran que los niveles de conversación disminuyeron paulatinamente desde el primer día (única ocasión en la que se generaron más de 3.500 interacciones con uno de los hashtags), para terminar con niveles inferiores a las 500 menciones diarias, a partir del noveno día.
Si bien hasta ahora parte de las más de 45.000 interacciones generadas en torno a los hashtags se concentran en los primeros 10 días de emisión, es a partir del 7 de noviembre que la conversación cayó, llegando incluso a niveles por debajo de las 100 menciones diarias.
Lo anterior representa un desafío para los comandos y candidatos, así como un llamado a diversificar el mensaje, tanto su forma como en el fondo. De lo contrario, perderán el eco que las redes sociales proporcionan.
Las redes sociales permiten hoy complementar, ahora con datos, las críticas a la franja electoral, orientando propuestas de mejora en torno a tiempos más acotados de emisión, y a sabiendas de que la repetición de un mensaje termina por agotar a la audiencia.