Por Rodrigo Venegas
Psicólogo académico Universidad San Sebastián.
Los teléfonos inteligentes se encuentran hoy en día absolutamente omnipresentes, los utilizamos desde que despertamos hasta que nos dormimos y en el segmento de población entre 18 y 24, la vida transcurre y ocurre a través de ellos. Los Smartphone operan como un una secretaria personal, avisándonos los compromisos; cómo una biblioteca, teniendo en la mano todo el poder de internet; como un amigo o amiga al que le hablamos y nos reconforta sentirlo en el bolsillo o cartera; y además nos entretiene y es un signo de estatus y diferenciación.
Esta completitud que nos brinda el celular no sólo nos facilita la existencia, sino también puede llevar a apartarnos de las interacciones humanas más básicas como es la vida en pareja. Los anglosajones han creado un término para ello “phubbing”, que implica que estás tan enganchado al teléfono que ignoras a tu pareja o amistades presentes físicamente.
Las investigaciones dan cuenta del creciente problema que está generando en las relaciones el uso adictivo del teléfono. El 2016 la revista Psychology of Popular Media Culture, realizó una encuesta donde el 70 % de las mujeres declaraban que el celular interfería activamente en su relación de pareja impidiendo comunicarse.
Uno de los principales efectos de estar adicto al celular es la desconexión con el “aquí y ahora” de manera que, si bien se está conectado en la red con miles de “otros”, esa misma persona no está con aquellos que están físicamente a su lado. En términos de relaciones de pareja eso conlleva una disminución en la comunicación, menos tiempo y calidad del estar juntos, además del mayor riesgo de infidelidad, sea real o cibernética, lo que termina en algunos casos llevando a la separación progresiva de la pareja, no sin antes un proceso de sensación de soledad, abandono y reproche por quien se ve desplazada/o por el celular.
¿Qué se puede hacer frente esto? Primero, reconocer que el uso del celular está generando un problema de relación. Segundo, limitar) su uso al estar con la pareja dejando en silencio o apagando el aparato. Tercero, colocar mensajes del tipo “pasadas las 9 no contesto” que sirven para poder delimitar el uso de las redes sociales.