Se acerca el verano y con ello la necesidad de estar en perfectas condiciones físicas. Aunque hay muchas formas para bajar esos kilos de más, lo más tentador para algunas personas es hacerlo sin mucho esfuerzo. Durante el último tiempo, se han introducido al mercado equipos de electroestimulación, que prometen ayudar a tonificar, ganar fuerza y perder peso sin mucho trabajo. Sin embargo, este tipo de métodos pueden generar severas consecuencias, desde fatiga muscular anticipada hasta la destrucción de la fibra muscular.
Verano es sinónimo de sol, playa, ropa ligera y trajes de baño. La palabra “sacrificio” comienza a ser parte de la rutina de un gran número de chilenos. Someterse a dietas y extensas rutinas de ejercicio, todo para conseguir ese anhelado look. Incluso hay ofertas en el mercado que ofrecen lograr el cuerpo adecuado en poco tiempo. Uno de ellos es el electrofitness, un sistema de entrenamiento que utiliza los principios de la estimulación eléctrica neuromuscular y cuyo uso está descrito para la rehabilitación de personas con debilidad muscular.
Según explica el Kinesiólogo y académico de la Universidad San Sebastián, Rodrigo Carrasco, el éxito comercial de estas formas de entrenamiento se relacionan con la percepción aproximada de un 30% más trabajo muscular. “Normalmente, solo con el ejercicio voluntario el cuerpo presenta una forma especial de reclutamiento de las fibras musculares, definido por formas complejas de estimulación, estas fibras muy básicamente son las fibras de tipo I o rojas y las fibras de tipo II, blancas. Las primeras, las rojas son lentas, pero resistentes, aunque no tienen mucha fuerza. Las segundas rápidas, potentes pero de rápida fatiga. Sin embargo, cuando se aplica electroestimulación muscular, el orden de reclutamiento se invierte, por lo que este tipo de entrenamiento teóricamente será beneficioso para “desarrollar fuerza”, menciona Carrasco.
El académico advierte que esta estimulación junto a la sensación de mayor trabajo muscular, pueden acarrear severas consecuencias al organismo que van desde una fatiga muscular anticipada hasta la destrucción de la fibra muscular, provocando rabdomiólisis, donde la fibra muscular descompuesta libera su contenido celular al torrente sanguíneo, dañando de forma importante al riñón.
Por eso no todas las personas pueden usar estos equipos particularmente los adultos mayores. “Sólo pueden bastar minutos para que esa persona presente riegos importantes asociados a fatiga y daño muscular. Cualquier persona que se exponga a un nivel de dosificación inadecuada de ejercicio y estimulación eléctrica podrán desarrollar algún tipo de daño”, afirma el especialista.
Pese a lo señalado, el académico está de acuerdo a que se utilicen nuevas tecnologías, eso sí, estas deben ser aplicadas correctamente y asesorado por un Kinesiólogo, experto en esa área.. “No debemos cerrarnos ante la aparición de nuevas tecnologías como el electrofitness o la electroestimulación integral. Ambas pueden aportar beneficios si son utilizadas de forma correcta, siempre y cuando, sea asesorado por un Kinesiólogo, ya que hay que adaptarlas a las características y necesidades de cada individuo, resguardando las condiciones de temperatura y humedad, pero además controlando la presencia de signos y síntomas como dolor, debilidad, calambres, contracturas, orina oscura, nausea, dolor, taquicardia y vómitos. Por lo que si después de una o varias sesiones con estos sistemas, experimenta estos síntomas, será necesario consultar al médico”.
El especialista sostiene que una correcta dosificación de ejercicio físico voluntario, como trotar, andar en bicicleta o caminar a un ritmo mayor al habitual, son una potente herramienta para controlar el peso corporal, aumentar los niveles de resistencia y fuerza física. Y por sobre todo, protegerse de las enfermedades cardiovasculares.