Dr. Manuel José Irarrázaval
Director Instituto de Políticas Públicas en Salud (IPSUSS), U. San Sebastián
La Superintendencia de Salud acaba de presentar un estudio sobre la percepción de los usuarios respecto a la calidad del sistema de salud de Chile. Es importante apreciar que de los resultados generales se desprenden algunas conclusiones interesantes a considerar:
- Hay una leve mejoría en la percepción de “Protección”, respecto a los 3 años previos. Sin embargo, sólo el 50% de los beneficiarios de Fonasa se sienten protegidos y 63% de Isapres. En tanto, la percepción de “Desprotección” es de 16% y 6%, respectivamente.
- A la pregunta sobre la “satisfacción con su sistema de salud”, el 34% de los dependientes de Fonasa le asignan nota 6 ó 7, mientras que entre los de Isapres el 50% coloca esa calificación. Complementariamente, el 32% de los Fonasa asignan notas entre 1 y 4 v/s 18% para los Isapres en ese ítem. Al cuestionar sobre las razones de esta significativa diferencia entre los sistemas, es claro que los beneficiarios del sistema público resienten aspectos vinculados a la calidad y accesibilidad de la atención, mientras que los del sistema privado a los relacionados a costos y su variabilidad.
- Otra pregunta muy significativa se relaciona con los “tiempos de espera para hospitalización”. En los beneficiarios de Fonasa, este bajó de 168 días (más de 5 meses) en 2015 a 124 el 2017. Las esperas para los de Isapres bajaron de 30 días en 2015 a 19 días en 2017. Adicionalmente, los “tiempos de espera para atención de Urgencia” subieron para los pacientes del sistema público: pasaron 3,4 a 4,1 horas entre 2015 y 2017. En tanto, los usuarios de Isapres, estos tiempos también crecieron de 2,5 horas 2,7 horas para el mismo periodo. Esto explica en parte el 61% de nota 6 o 7 por la atención, expresada por los pacientes Isapres, v/s el 39% en Fonasa.
- Finalmente, a la pregunta por “Satisfacción Neta en Salud”, el 31% de los beneficiarios de Fonasa se declara satisfecho (mejorando desde un 22% el 2015) y en el caso de los Isapres, el 48% se declara satisfecho el año pasado. En 2015 este indicador era de 44%.
En síntesis, podemos concluir que estamos en presencia de un sistema público y privado que mejora, aunque lentamente, y que persiste una muy significativa diferencia de apreciación de la calidad entre ambos sistemas: Fonasa es apreciado por sus bajos costos, pero resentido por su menor accesibilidad, tiempos de espera y amplitud y calidad de servicios. Las Isapres son apreciados por la rapidez y calidad de atenciones, pero resentidos por los costos y su variabilidad. Estos aspectos son los que finalmente explican la permanencia de beneficiarios en el sistema privado, a pesar de sus quejas acerca de los costos involucrados.