Por Daniel Sánchez
Psicólogo y académico, U. Central
Nuestros héroes, valientes y no tanto, épicos e inventados siempre nos traen esa seguridad que guía nuestras acciones. Tomamos su conducta como modelos a seguir ordenando nuestro devenir: Prat, O’Higgins, un personaje de historieta o simplemente un artista de rock que abraza aquellas causas en las que nos sentimos representados y humildemente atraídos.
Muchas veces nuestros animales de casa, cuando atraviesan enfermedades y logran salir adelante, los vemos como héroes que luchan por el bienestar, es en esa simpleza hermosa que adscribimos a su fuerza con la vehemencia que nos produce la vida, la admiración y natural asombro.
Otras veces miramos aquellos personajes importantes de nuestra historia republicana tomando sus discursos, palabras y gestos como acciones que quisiéramos repetir y los llamamos héroes, guerreros, valientes, ídolos, pero ¿qué vemos realmente en nuestros héroes?
Resulta esperanzador que pudiésemos verlos como personas que simplemente abrazan causas, seres que en su más profunda convicción apuestan a girar sus vidas, a reconvertirse pues creen, defienden y avanzan en la consecución de sus ideales, mismos ideales que, en definitiva, nosotros también queremos vivir.
Evidentemente ese tiempo de guerras, abordajes y batallas épicas con carabinas y cañones ha dejado espacio a acciones simples, pero nobles. Marchas, banderas y discursos de profunda frontalidad que esperan producir cambios y puede, en definitiva, ser cualquier ser; hablamos de los animales, nuestros parientes, amigos, estudiantes y docentes. Es justamente eso lo que nos debiese convocar este 21 de mayo, no a mirar aquella ‘gloria naval’ como un fenómeno aislado, lejano y lleno de frases majestuosas, sino más bien a observar y distinguir con profunda simpleza dentro de nosotros que nos hace acreedores de dicha consecuencia.
Es tiempo quizá de mirar a nuestros pares, nuestra familia y nuestros niños quienes días a día se levantan para avanzar en sus quehaceres; madres trabajando y educando a sus hijos solas, niños transgénero abriéndose espacio en un mundo complejo, educadores entregando la vida para el bienestar de los otros, albañiles martillando casas donde otros vivirán, jóvenes abriendo una educación más inclusiva, voluntarios en las poblaciones enamorando a la juventud; ahí están los héroes también, los que cambian, luchan y avanzan, los que contra todo pronóstico de bienestar adverso se levantan todos los días para construir un mundo mejor para todos y todas.
La psicología es una disciplina que tiene relación con los otros y con la sociedad, el trabajo disciplinar de una profesión que en sus entrañas intenta comprender, colaborar y rescatar de todas y todos una posibilidad de convertirse en héroes de su propio devenir y desarrollo, al servicio indiscutido del bienestar de la humanidad.
Es posible que este 21 de mayo sigamos mirando desfilar a los marinos rindiéndole honores a sus mártires e intentando mantener vivo su legado; otros empero estaremos abriéndonos de corazón para abrazar a quienes nos muestran un camino que quisiéramos seguir, abrazar y replicar.