Por Dr. Nicolás Freire
Académico de la Facultad de Gobierno, U. Central
Recientemente, el Presidente de Italia, Sergio Mattarella, se negó a aceptar la propuesta de un gobierno conformado por los partidos ganadores en las elecciones de marzo, donde el Movimiento 5 Estrellas (algo así como el “Podemos” italiano) y la Liga Norte (movimiento de extrema derecha que lideró la propia coalición) sorprendieron con más del 32% y 17%, respectivamente.
Si bien pocos veían posibilidades de entendimiento para dos conglomerados tan diferentes, contra gran parte de los pronósticos el acuerdo se generó. Los partidos en cuestión encontraron coincidencias programáticas –haciendo partícipes a las bases– apoyados en un factor común: el rechazo del sistema monetario y financiero europeo.
¿Por qué el Presidente rechazó el veredicto de las urnas? El sistema parlamentario italiano supone un posición gravitante para la presidencia, llamada a resguardar la unidad nacional e institucional en momentos de crisis. El Presidente Mattarella pareciera haber identificado, en el nombre propuesto para el Ministerio de Economía, un peligro para esta unidad y para la continuidad de Italia en la zona monetaria del euro.
Este actuar despertó críticas en una ciudadanía que se vio disminuida por el rol institucional que el Presidente ejerce, y en expertos que denuncian un actuar que excede las atribuciones constitucionales. Para estos últimos, el nombramiento de un ministro aparentemente contrario a la continuidad italiana en la zona monetaria del euro no pondría en riesgo los vínculos internacionales contraídos con la UE y protegidos por el Art. 117 de la Constitución Italiana, por lo que no es motivo válido para legitimar la acción presidencial.
La crítica motivó el rechazo en contra del propio Mattarella, acusado de haber negado la voluntad popular, convirtiéndose en objeto de rumores relacionados con un impeachment. Asimismo, el nombramiento de un gobierno técnico, liderado por un ex funcionario del FMI, tuvo la misma repercusión que la bencina tiene sobre el fuego.
Si bien es probable que se convoque a nuevas elecciones este año, lo interesante será observar si Movimiento 5 Estrellas y Liga Norte lograrán capitalizar aún más este traspié institucional, con el apoyo ciudadano y la preferencia electoral.
En tal caso, la toma de posición asumida por Mattarella conllevará a un riesgo de descrédito para la misma presidencia, transformando su rol de imparcial garantía de la unidad nacional a órgano imparcial con intereses que van más allá de la frontera italiana. Ello deja al Presidente ante la disyuntiva de hacerse a un lado o convivir en el silencio, sin posibilidad moral de acción en un sistema que pide a gritos su salida.