Por Patricia Acuña Fuentes
Decana Facultad de Ciencias de la Educación
Universidad San Sebastián
Referente a la nueva exigencia que se aplica en la Ley de Etiquetados, me parece que es una adecuada iniciativa para regular la ingesta de alimentos altos en calorías, azúcares, sodio, etc. Pero si la finalidad es mantener una población sana que no esté expuesta a enfermedades crónicas como diabetes, obesidad, síndrome metabólico, cáncer u otras. Entonces falta detenernos en una arista fundamental y que no puede estar ausente en esta regulación: la Actividad Física.
Preocuparnos de mantener una población para que ahora y en el futuro mantenga un peso adecuado, no la libera de presentar enfermedades asociadas a la inactividad física. Es verdad que la población chilena se encuentra dentro del top cinco de la población con mayores índices de obesidad y sobrepeso en niños de 8° año de Ed. Básica, pero también está más que demostrado, a través de la evidencia científica, que el ejercicio moderado es un factor protector para no manifestar dichas enfermedades en la etapa adulta.
Somos una población que no realiza actividad física de manera sistemática y así como se toman iniciativas tan relevantes como la “Ley de Etiquetados”, debiésemos tomar medidas que generen una política pública de actividad física a lo largo de todo el ciclo vital. Entiendo que existe una iniciativa de la Comisión de Deportes de la Cámara de Diputados de realizar de manera obligatoria ejercicio en los colegios, fuera de la clase de Educación Física, pero ¿qué pasa con los universitarios?, ¿qué pasa con el período de mayor incidencia de enfermedades asociadas a la inactividad, que es la etapa laboral?
Creo enérgicamente que el fomentar la actividad física y regular la ingesta de alimentos es la mezcla perfecta para tener una población sana y, por fin, tener una cultura de hábitos basados en el movimiento corporal para una vida saludable.