Por Jaime Torres Gómez
La Temporada Artística de la Universidad Santa María, con casi 80 años de historia y desarrollada en su magnífica Aula Magna de Valparaíso -la de mejor acústica de Chile, amén de su paradisíaco emplazamiento frente al mar-, no requiere de presentación, aunque es menester reiterar su innegable aporte a la cultura del país.
La presente temporada nuevamente consulta una amplia gama de espectáculos, cuyo hilo conductor sigue siendo la música docta. Y de lo anunciado, la Sinfónica Nacional de Chile, como histórica agrupación visitante, tendrá una cantidad importante de presentaciones y con programas del más alto interés. De hecho, aún se tiene vivo recuerdo la repetición íntegra de sus temporadas de abono de Santiago en el Aula Magna junto a relevantes directores y solistas. Así, para el 2019, dispondrá de siete presentaciones, esperándose a futuro -¿por qué no?- se incremente dicha cifra, como antaño… De hecho, el conocedor público local lo requiere, máxime al no contarse con una orquesta sinfónica regional estable…
El concierto de apertura del 30 de marzo, con gran afluencia de público, estuvo a cargo de la misma Sinfónica Nacional con un solvente programa dirigido por el magnífico director nacional Helmuth Reichel Silva.
Con obras poco habituales, interesante fue haber ofrecido la Obertura de “Las Ruinas de Atenas”de Beethoven como el Concierto para Orquesta de Béla Bartók, obras largamente ausentes en la USM y allí presenciadas con la misma Sinfónica junto a magníficas direcciones de Rodolfo Saglimbeni en Beethoven (2012), y especialmente Stefan Lano en Bartók (2000).
En esta oportunidad, Reichel Silva en la Obertura obtuvo pleno idiomatismo, consiguiendo calibrada concentración de los sinfónicos (muy bien las maderas en unísono del primer acorde más una disciplinada cuerda), aun cuando habría sido deseable mayor morbidezza del expuesto pasaje incoado por los cellos al inicio.
Seguidamente, una esperada presentación del Concierto para Violín de Brahms, obra siempre bienvenida, y más aún al venir anunciada con un solista de interesante circulación internacional. De apenas 28 años, el violinista alemán Tobias Feldman no sorprendió sólo como promesa, sino por su madura personalidad artística empinada hacia máximos estándares cualitativos…
De profunda asimilación, Feldman brinda un discurso de superior lirismo y claridad, servido de una envidiable técnica de ejecución. Sin duda, de las versiones más autorizadas en décadas del Brahms hecha en Chile. Notable la calidad y calidez tímbrica proyectada, de certero idiomatismo. Notables las exposiciones temáticas y el manejo de las transiciones (certera visión del todo), amén de un manejo superlativo de los contrastes y matices. El complemento de Reichel Silva junto a los sinfónicos, en total consubstanciación con el gran solista.
Finalmente el cautivante Concierto para Orquesta de Bartók, siempre exigente para toda orquesta, tanto por el virtuosismo exigido como por la complejidad de su asimilación discursiva. De hecho, se trata de una obra extraña y un tanto enigmática, demandando una entrega que verdaderamente ayude a clarificar las claves inspirativas plasmadas por el compositor. De tratamiento concertante, la exposición de los instrumentos (o grupo de ellos) es de verdaderos solistas al estar en contraste con la orquesta, requiriéndose máxima concentración.
Con total autoridad, Reichel Silva logra desentrañar el intrincado discurso bartokiano, logrando una respuesta de máximo nivel, recordando inolvidables jornadas de esta obra junto a la Sinfónica con Stefan Lano y antes con Lothar Königs. Así, con meridiana claridad de discurso, Reichel Silva obtiene una galería de logros individuales y de conjunto. Magníficas indicaciones de carácter, empáticos tempi más un puntilloso trabajo en texturas, timbres y colores. Un inapelable triunfo artístico…
Sin duda, esta presentación, sumada al programa anterior en Santiago, volvió a validar al maestro Helmuth Reichel Silva como un director de gran talento y madurez musical, obteniendo máximo rendimiento de sus dirigidos. Sólo esperar amplíe su circuito internacional, asimismo intensifique su colaboración con más orquestas nacionales.
En suma, una triunfal jornada de inauguración de temporada, y alto referente para lo que está por venir…
Me parece exagerado decir que el TEatro USM tiene la mejor acustica de Chile, tenemos el Teatro del Lago, el de Rosario Norte 660, el Teatro de Carabineros, el Teatro Las Condes.
Además debo decir qué hay un poco de curseleria en la crítica usando terminos como morbidezza, incoado, consubstanciacion habiendo términos más sencillos