Por Neida Colmenares
Académica Escuela de Gobierno y Comunicaciones, U.Central
A fines de julio el Instituto Nacional de Estadísticas proporcionó nueva información sobre la migración en el país; esta vez, en un esfuerzo más situado a la hora de presentar los datos, dando cuenta de las distintas escalas territoriales.
A nivel país, se mostró un nuevo aumento de la población migrante entre 2017 y 2018, pasando de un 4,5% de población extranjera a un 6,6%. En cuanto al nivel regional, más que novedades hubo constataciones.
Básicamente, se actualizó el número de migrantes por región, destacando que cuatro regiones poseen más de 10% de población extranjera, y que del total de los migrantes a nivel nacional, el 80% reside nuevamente en pocas regiones, apenas en tres, con lo cual es evidente la concentración territorial del flujo migratorio en la zona centro y norte de Chile.
De hecho, en este contexto de revisar la información intrarregionalmente, también surge por primera vez la mención sobre la expresión más local del fenómeno, es decir, se comienza a señalar cuales son los municipios donde hay mayor presencia de migrantes en condición de residentes.
Para esto, se generó un listado con los 36 municipios que cuentan actualmente con diez mil o más extranjeros(as), de los cuales, el 61% pertenece a la Región Metropolitana, con comunas como e Santiago e Independencia, cuya población extranjera esta cerca del 50% sobre su total comunal.
Todos estos datos son positivos en la medida en que se actualiza la información en materia de migración en el país, pero especialmente, porque se comienza a visibilizar la relevancia de la dimensión territorial para comprender las implicaciones prácticas y políticas de este nuevo escenario poblacional, donde resulta indispensable la incorporación de un enfoque territorial que permita diferenciar las necesidades y potencialidades de cada territorial a luz de sus propias particularidades
Ahora, los datos presentados por el gobierno aún mantienen un carácter incipiente en lo que significa proporcionar un análisis que explique y determine los factores que hacen que la migración tenga esta connotación de concentración socio espacial centro-norte, y en esto, hay un desafío importante, para lo cual habrá que considerar las tendencias históricas de la población chilena, que han mostrado durante las últimas décadas una movilidad focalizada hacia las zonas urbanas del centro del país, como consecuencia de las brechas de desarrollo territorial entre regiones y centralismo de Chile.
Por lo tanto, es necesario reconocer a nivel de la política pública, que la migración no solo es un hecho socio económico, también es un fenómeno territorial, que demanda de un tratamiento multinivel y descentralizado en las políticas que se diseñen e implementen desde Estado, donde la participación de los territorios es esencial para la pertinencia y efectividad de la acción gubernamental.