Por Guillermo Fuentes
Director Carrera Contador Auditor, U.Central
El Presidente Piñera se ha referido a la importancia de la reintegración tributaria y ha anunciado otros cambios para una nueva reforma tributaria.
Crear un sistema más simple y único de tributación probablemente sería lo aconsejable para ordenarlo. El actual sistema es muy engorroso. En Chile existen cuatro regímenes tributarios: el semi integrado, obligatorio para las sociedades anónimas y empresas que tengan entre sus socios a otra sociedad; el de renta atribuida; el 14 ter Pyme, para empresarios individuales, y el de renta presunta, un sistema especial para explotaciones agrícolas, mediana minería y transporte terrestre de carga ajena y de pasajeros.
Pero ¿es justa la reintegración?
Consideremos que un impuesto progresivo en un sistema de impuestos establece que, a mayor nivel de ingresos, mayor será el porcentaje de impuestos a pagar sobre la base imponible. Sin embargo, la reintegración considera un pago de impuesto para todo tipo de empresas, ganen más o menos. Con esta medida, las grandes empresas estarían pagando alrededor de un 10% menos de impuesto. Si a lo anterior agregamos que la reintegración considera que los dueños de las grandes empresas podrán utilizar como rebaja de sus impuestos personales el 100% del pago de impuesto de primera categoría que pagan sus empresas -siendo que con el actual sistema solo ocupan el 65%- ya parece injusto señalar que este cambio tributario busca la igualdad entre todos los contribuyentes.
Lo justo es mantener un impuesto progresivo, es decir, que las empresas que generen mayores ingresos paguen mayor impuesto.