Las redes sociales y los medios de comunicación masiva están llenos de imágenes y videos que, si bien podemos comprender como adultos, para los más pequeños pueden resultar ser estímulos que generan angustia, confusión, incertidumbre, asombro y hasta miedo.
Para nadie es desconocido el contexto social y político al que nos enfrentamos actualmente, en el que hace más de una semana se ha levantado una serie de manifestaciones y acciones a lo largo del país, que han tenido la particularidad de no dejar indiferente a ciudadano alguno sin importar la edad que se tenga.
Las redes sociales y los medios de comunicación masiva están llenos de imágenes y videos que, si bien podemos comprender como adultos, para los más pequeños pueden resultar ser estímulos que generan angustia, confusión, incertidumbre, asombro y hasta miedo, siendo así de vital importancia explicarles de la forma más adecuada en qué consiste este acontecimiento y brindarles así la mayor sensación de seguridad y protección posible.
Antes de retomar las clases
Es posible que más de alguien haya visto circular en redes sociales una guía con sugerencias para trabajar con los más pequeños, las que en resumen apuntan a explicar lo que ocurre, evitar exponerlos a los medios de comunicación que reiterativamente muestran noticias sobre lo que ocurre, transmitir tranquilidad, no comentar información que pueda aumentar su angustia y explicar que es una situación excepcional que lleva a ver más militares y policías en las calles.
Al respecto, la psicóloga infantojuvenil con magíster © en psicología educacional, María de los Ángeles Bonilla, comenta que “esta información es de suma utilidad cuando estamos con los niños en el hogar, pero es importante saber qué podemos hacer cuando se debe comenzar a retomar las rutinas habituales tanto de nosotros como de ellos, momento en que todavía se puede ver una situación irregular a la que acostumbramos ver en las calles, por encontrarse aún el país en Estado de Excepción”.
Para estos casos, cuando los niños y niñas están por volver o ya han retomado sus clases habituales, la psicóloga sostiene que “es conveniente, en primera instancia, visibilizar a los niños y sus necesidades”. Esto, porque “si bien pueden tener una corta edad, como ya se ha mencionado se encuentran en una gran vulnerabilidad por no tener el raciocinio de un adulto para interpretar lo que ve, por lo que es importante incluir lo que sienten y piensan dentro de la familia”, agrega.
En el caso que los padres no hayan hecho lo anterior, dice Bonilla, “hay que explicarles en palabras simples y amigables lo que está ocurriendo, y que si bien los padres no podrán estar todo el tiempo con ellos, el colegio es un lugar seguro y que serán los profesores quienes cuidarán de ellos”. Asimismo, la profesional de la salud insta a “responder las dudas de manera cercana y afectiva, en caso de que las tuviesen”.
Además, la psicóloga advierte que los padres deben continuar con la práctica de no exponerlos a imágenes que puedan resultar violentas y generar así impacto y ansiedad en ellos. “Hay que recordar que ellos no tienen el criterio que puede tener un adulto, por lo que es común que teman que lo que ven, les pueda pasar a ellos o a sus padres”, indica.
Como una manera de realizar actividades diferentes, Bonilla entrega diversas ideas, tales como “invitar a los niños a pintar y dibujar de manera libre, y así ellos podrán expresar lo que sienten aunque no sepan reconocer sus emociones”.
Vuelta a clases
Una vez ya vuelvan a clases, la psicóloga indica que es necesario hablarle a los niños más allá de cómo les fue o lo que pasaron, y en este momento hay que “preguntarles cómo se sintieron, si escucharon o vieron algo que les dio miedo, si es que el profesor o profesora les comentó algo de lo que ocurre a nivel país, o cualquier cosa que les dé información del estado emocional en que se encuentra el niño o niña”.
Bonilla señala que si bien es importante que el niño retome una rutina de estudio, hay que intentar ir a su ritmo, dado que es posible que se encuentre preocupado y con su atención puesta en lo que está ocurriendo en el exterior. Para esto, sugiere, “pueden trabajar por períodos de 20 minutos y hacer pausas de 10 minutos en el los que los niños puedan pintar, dibujar, moldear plasticina o realizar cualquier tipo de actividad que lo saque de posibles pensamientos que puedan generarle ansiedad”.
Pero no sólo es importante retomar y mantener sus rutinas de estudio “sino también de juegos, vida social, sueño y alimentación”, advierte Bonilla. Esto, “dado que las rutinas brindan la sensación de estabilidad y seguridad, justamente lo que buscamos dentro de un clima de incertidumbre”, enfatiza.
La psicóloga asegura que “hasta los 5 años puede ser que no entiendan muy bien lo que ocurre, pero sí son capaces de sentir y percibir las emociones de los demás, por lo que es necesario intentar transmitir la calma en este ingreso a clases, a fin de que los niños se sientan seguros con ellos”.
Cambios coyunturales
Mientras dure la coyuntura, Bonilla comenta que “es esperable que algunos niños y niñas pidan dormir con la luz prendida, dormir con el adulto, llevar un objeto de apego al colegio, como una manta, peluche u otros, dado que son acciones que le brindan seguridad dentro de un ambiente que les resulta ‘anormal’”. De ser así, agrega, “se puede transar siempre que se les explique que esto sólo será un acuerdo momentáneo para que se sientan seguro, pero debe ir acompañado de una conversación, aunque sea repetitiva, que apunte a fomentar la tranquilidad del niño, hasta que sienta que ya no es necesario utilizarlo”.
Finalmente, la psicóloga sostiene que “si estas conductas o temores se prolongan en el tiempo y aumentan de intensidad, se sugiere consultar con un profesional de la salud mental que pueda apoyarlos de la mejor manera posible, con estrategias individuales para cada quien”. Por lo mismo, “los psicólogos estamos para apoyar estos procesos que no son fáciles para los niños, pero que sabemos que pueden salir adelante y les deseo el mayor éxito”, puntualiza Bonilla.