Preparar la PSU es uno de los escenarios que produce más estrés en los estudiantes de cuarto medio y sus familias, situación que puede verse agravada por la crisis social que vive hoy el país.
Para un alto porcentaje de los casi 296 mil inscritos que este año rendirán la PSU, la ansiedad y el estrés forman parte del día a día. Las altas expectativas, propias y de quienes los rodean, y el miedo a fracasar pueden generar situaciones problemáticas a quienes van a rendir este examen. En este escenario, el estallido social que vive el país puede aumentar el nivel de ansiedad en los jóvenes, al no saber de qué forma les afectará esta situación en su futuro.
El primer impacto real de la crisis fue el cambio de la fecha para rendir la PSU desde el 18 y 19 de noviembre al 2 y 3 de diciembre. Y aunque los especialistas coinciden en que el aplazamiento era necesario, porque hubiera sido muy difícil garantizar cierta tranquilidad a los estudiantes, ahora tampoco hay certeza de que para la nueva fecha las cosas estén mejor.
“La PSU por si sola genera muchísimo estrés en los estudiantes que la van a rendir, por lo que si sumamos la tensión generada por la contingencia tenemos una situación de un potencial estresor gigantesco. Esto evidentemente influirá en quienes rindan la PSU, y cuánto los afecte o no dependerá exclusivamente de la capacidad y el apoyo que tengan para lidiar con este tipo de situaciones”, explica el sicólogo de la Red Educacional Cognita, Gonzalo Jordán.
El especialista asegura que el estrés o ansiedad se expresa de distintas maneras en cada persona y por eso conversar es clave, ya que sólo así se podrá entender las sensaciones y emociones que cada joven está sintiendo. Hay que generar las instancias para que la persona se sienta cómoda y se abra al diálogo. “En términos generales, cualquier alteración a los ciclos normales de una persona (sueño, comida, rutina) es una señal de una afectación negativa a la que hay que estar atentos”, dice Jordán.
“La explosión social ha tenido intensidades muy distintas en los diferentes sectores del país, lo que en términos de la PSU puede aumentar la brecha de desigualdad que ya hemos visto reflejada en años anteriores. Este año no va a ser lo mismo rendir la PSU en una comuna que no se ha visto mayormente afectada, como en aquellas donde las situaciones de conflicto han sido más álgidas, la rutina sigue significativamente alterada y el clima de tensión aún es permanente. Es importante ponerle ojo a eso y cómo impactará en los resultados”, puntualiza Jordán.
QUÉ PUEDEN HACER LOS PADRES
La primera recomendación del sicólogo para los padres que hayan detectado un efecto mayor en sus hijos que rendirán la PSU es “no hacer como si lo que está pasando a nivel país no existiera. Es recomendable que los estudiantes no pretendan desconectarse de la realidad porque la desinformación forzada les puede generar mayor ansiedad. Tampoco hay que irse al otro extremo y pasar todo el día en eso, pero sí buscar un equilibrio para estar informado, pero cuidando mi nivel de implicación emocional. En ese sentido, hay que tener ojo con las redes sociales porque la información y videos que circulan ahí tienden a ser más impactantes y pueden generar una mayor afectación”.
El especialista asegura también que “como padres lo más importante es poder conversar con nuestros hijos, abrir el tema de la PSU en una conversación libre de expectativas y ver cómo se están sintiendo ellos. Como familia debemos buscar entregarles un espacio lo más tranquilo posible para que se preparen para la prueba, ayudarlos a cuidar sus horas de sueño, a que coman bien y mantengan sus rutinas dentro de la mayor normalidad posible”.
SALIR DE LAS RUTINAS
Otros factores protectores que ayudan a los jóvenes a enfrentar de forma más tranquila este periodo es desarrollar actividades diferentes a las que demanda la vida académica. Es común que los estudiantes dejen de realizar otras actividades, como talleres o deportes, para focalizarse exclusivamente en entrenar para la PSU, lo que acarrea una sensación de agobio permanente. “Es recomendable que no abandonen actividades deportivas o de esparcimiento, salir con los amigos y seres queridos que dan contención”, afirma.
La actitud de padres, amigos y cercanos debe ser abierta, la empatía debe ser la protagonista. “Mostrarles que entendemos lo estresados que están, que es normal dado todo lo que están pasando y evitar tratar de hacerlos sentir bien con frases como ‘no tienes por qué estresarte con esto’ o ‘no es para tanto’, ya que al minimizar lo que están sintiendo los hacemos sentir peor. Entender y validar el malestar es el primer paso para poder bajarlo”, dice el sicólogo de la Red Cognita.
“En este proceso es importante entender también que dar la PSU es una oportunidad de aprendizaje sobre la vida, que se caracteriza por sensaciones de ansiedad, incertidumbre y tensión, en algunos casos decepción y frustración, con las cuales es necesario aprender a lidiar con el entorno al que les tocó estar expuestos hoy. Pero, al mismo tiempo, es sólo una etapa que no definirá sus vidas para siempre, y de la cual pueden aprender y salir fortalecidos para enfrentar la vida y su futuro”, concluye el profesional.