Por Jaime Abedrapo
Analista político y académico de la Escuela de Gobierno de la USS,
Estados Unidos y China decidieron poner fin a sus disputas económicas, firmando la primera fase de un acuerdo que supone el fin de la guerra comercial entre ambas potencias mundiales.
La firma del acuerdo comercial entre Estados Unidos y China es considerada como la etapa más fácil de este proceso, porque después vendrán temas más complejos como el dumping o venta por debajo del precio de real de una serie de productos chinos.
Así lo sostiene, Jaime Abedrapo, analista político y director de la Escuela de Gobierno de la Facultad de Derecho y Gobierno de la U. San Sebastián. A su juicio se puso remedio a una escalada que hubo entre ambas potencias por el reparto del poder económico mundial.
“China se ha transformado en el mercado global del cual Estados Unidos ya no está en condiciones de prescindir. Por otro lado, lo que Donald Trump quiere es volver a tener unas relaciones comerciales que puedan ser beneficiosas principalmente en materia de exportaciones y en la capacidad de su país de entrar a otros mercados”, dice el académico de la USS.
También precisa que lo que Estados Unidos quiere evitar es que “China se transforme muy rápidamente en el actor más relevante desde el punto de vista de la arquitectura de la economía internacional, principalmente en cuanto a los espacios que va a ocupar dentro de la Organización Mundial de Comercio, el Banco Mundial y otras instituciones financieras”.
El académico asegura que desde una mirada geopolítica “lo otro que está en juego o tratando de preservar Estados Unidos es el control de la tecnología móvil 5G, es decir las carreteras de la información”.
Escenario interno
Jaime Abedrapo indica que este acuerdo y la tensión con Irán está vinculado al proceso de primarias presidenciales en Estados Unidos.
“La muerte del general iraní Qasem Soleimani en territorio iraquí a través de un dron que lanzó un misil al vehículo en el que viajaba violó todas las normas internacionales y tuvo un impacto y rechazo muy significativo en la comunidad internacional. No obstante, los cálculos de Trump y sus asesores apuntaron siempre a como repercutiría esta acción en el proceso para su reelección presidencial”, apunta Abedrapo.
Desde su perspectiva “el conflicto con Irán, le recordó a los electores norteamericanos que su país tiene la capacidad de influir en cualquier parte del mundo. Mientras que, con el acuerdo comercial suscrito con China, Donald Trump está tratando de proyectar la idea de que Estados Unidos se repotenció y tomó una nueva posición de liderazgo en el ámbito comercial”.