Por Claudia Ibarra
Directora Nacional Escuela de Enfermería
Universidad Santo Tomás
Desde hace tres años las enfermeras y enfermeros nos hemos estado preparando a nivel mundial para celebrar los 200 años del nacimiento de Florence Nightingale. Para ello se creó Nursing Now, campaña global realizada por el Consejo internacional de enfermeras y la Organización Mundial de la Salud, con el lema “Enfermería, una voz para liderar llevando al mundo hacia a la salud”.
Las enfermeras y enfermeros estamos centrados en la promoción de la salud, prevención y tratamiento de enfermedades. Somos profesionales sanitarios cercanos a la comunidad y tenemos como una de nuestras responsabilidades desarrollar nuevos modelos de cuidado para y con ellos, colaborando en la construcción de equipos de salud para el cuidado integral de las personas y sus comunidades.
Este 2020 nos preparábamos para una gran celebración, hoy, fieles a nuestra vocación, estamos celebrando en la “primera línea”, atendiendo a las personas contagiadas de Covid-19, protegiendo y educando a las comunidades para evitar el contagio.
Puede ser una sincronía de la historia que la enfermería profesional haya nacido a mediados del siglo XIX en el contexto de una guerra, la de Crimea, liderada por una visionaria como fue Florence Nightingale, quien además, haciendo énfasis de las medidas que ahora llamaríamos de prevención de infecciones y lavado de manos, logró reducir la mortalidad por infecciones de 42 al 2%. Hoy nuevamente estamos educando a la comunidad en estas básicas medidas de prevención.
De un día a otro tenemos nuevos desafíos, debemos adaptarnos a una realidad distinta con desafíos nunca vistos para la humanidad. El cuidado de las personas, familias y comunidades hoy exige de un gran dinamismo y flexibilidad, cada día hay una realidad diferente, cada jornada hay que readecuarse, llegan normativas, hay nuevas evidencias para el cuidado. Vivimos una noticia en desarrollo.
Tenemos el desafío de demostrar que la enfermería, como integrante del equipo de salud, colaboramos mejorando la atención sanitaria, de manera que nadie se quede atrás, ya que creemos firmemente que la salud es un derecho humano.
Hoy desde la academia tenemos la gran responsabilidad de colaborar en la formación de las futuras y futuros enfermeros, que necesitan desarrollar competencias que hoy son imprescindibles: flexibilidad, adaptación rápida al cambio, innovación en el cuidado, trabajo colaborativo y por sobre todo profundo compromiso comunitario.
La innovación y el rigor científico que marcó el inicio de nuestra profesión con Florence Nightingale hoy vuelve a marcarnos el camino hacia esta nueva salud.