Por Cristián Fuentes V.
Escuela de Gobierno y Comunicaciones, UCEN
Ha surgido, una vez más, la idea de postergar la elección de Gobernadores Regionales, desde el 11 de abril de 2021 al 21 de noviembre. Se argumenta a favor de la medida el hecho que estos serían una autoridad sin poder, y que se mezclaría con los comicios municipales y de constituyentes, cuando debiera estar junta con la de presidente, diputados, senadores y concejeros regionales, entre otras razones. La verdad es que el hipercentralismo que ahoga a Chile intenta evitar por cualquier medio el comienzo de su fin. Los intereses de partidos que presumen una derrota anunciada y la elite que se resiste al cambio, se unen para intentar detener un proceso que ya está en marcha.
Los gobernadores no tienen más facultades porque el Congreso así lo ha determinado. Sin embargo, un traspaso mayor de competencias y la Ley de Rentas Regionales están contempladas en el ordenamiento jurídico vigente, y deberían haberse concretado hace tiempo. Pero, el aumento de las capacidades de dichos cargos provoca la reacción de los poderes fácticos afectados, quienes se oponen a perder privilegios que creen asegurados desde siempre.
Vivimos en un nuevo tiempo. La sociedad chilena demanda participación, profundizar y ensanchar la democracia, impulsar un desarrollo territorialmente equilibrado y fortalecer los gobiernos locales en una nueva arquitectura del poder que ponga fin a la República dirigida sin contrapesos desde Santiago que concibió Diego Portales hace 190 años. Esa es la meta a la que debemos llegar y este el primer paso para avanzar en un camino que seguramente la Convención Constitucional concretará después del plebiscito del 25 de octubre.