Por Ricardo Durán
Académico Carrera de Ingeniería Comercial UDLA Sede Viña del Mar
Desafortunadamente, gran parte de la población en Chile no posee una buena educación en temas financieros. Las últimas encuestas indican que cerca del 40% de los chilenos tiene un bajo nivel de conocimiento en estas materias y que, si bien ha mejorado en la última década, sigue siendo insuficiente.
Aún existe desconocimiento acerca de los distintos tipos de créditos, de tasas de interés, la inflación y su efecto en la Unidad de Fomento (UF) y otros instrumentos indexados, la importancia del ahorro y las formas de hacerlo o invertir.
Junto con ello, existen varias creencias erradas acerca de la educación financiera, por ejemplo, considerar que es difícil de entender o que nunca se necesitará; creer que no se debe educar en estos temas debido a que es responsabilidad de otras instituciones entregar información; pensar que las entidades financieras ocultan información y que no hay derecho a solicitarla cuando se tiene dudas.
También confundir medios de pago, como una tarjeta de crédito con una de débito; pensar que las tasas de interés son las mismas entre todas las instituciones financieras o bien entre diferentes tasas como las de consumo, hipotecarias o de líneas de crédito; creer que mantener el dinero en casa es mejor que ahorrar en una entidad especializada; considerar el ahorro como algo no importante y que solo debe preocupar al ser adultos, también creer que las tarjetas de crédito son salvavidas cuando no tenemos dinero, entre otros.
En este contexto, el principal desafío es extender el conocimiento en educación financiera dentro de la población chilena, haciendo que sea accesible y útil en diversos ámbitos de la vida, especialmente desde la infancia, de tal forma que pueda transformarse en un contenido obligatorio del currículum nacional. Incluir este tipo de educación en adultos no es tan efectivo porque los vacíos ya se arrastran de antes y la mayoría de las grandes decisiones de consumo e inversión posiblemente ya fueron realizadas.
Iniciativas como la del Banco Central y otras instituciones de realizar charlas y concursos para estudiantes de educación media relacionados a educación financiera, también debiera extenderse a estudiantes de educación básica y universitarios, donde la importancia del dinero, el ahorro y endeudamiento también puede influir en la formación de mejores ciudadanos e impactar positivamente en el desarrollo del país.