Por Dra. Carla Taramasco Toro, directora del Instituto de Tecnología para la Innovación en Salud y Bienestar (ITiSB) de la Universidad Andrés Bello, y académica de la Facultad de Ingeniería, UNAB Sede Viña del Mar.
¿Estarías de acuerdo con que la Inteligencia Artificial ayudara en el tratamiento contra el cáncer de un ser querido? ¿Cuáles son las ventajas y los riesgos de emplear la IA en el sistema sanitario? ¿Puede Chat GPT diagnosticar enfermedades?
Los servicios de salud, los centros médicos, el personal sanitario de nuestro país ha reaccionado de distinta manera ante el uso de estas innovaciones. Las universidades a través de diplomados y especializaciones están capacitando a los profesionales de la salud en un área que se desarrolla con gran rapidez.
Algunos sistemas de triaje con IA ya se encuentran a prueba en hospitales y también se están probando en consultas médicas para apoyar el diagnóstico y ayudar a encontrar el mejor tratamiento posible.
Un estudio reciente puso a prueba los conocimientos médicos de estudiantes de diferentes etapas de la carrera de medicina a través de 400 preguntas sobre trastornos oculares y oftalmología. La IA “aprobó” el 70% de este “examen” y sólo fue superada por los oftalmólogos expertos. Si bien estos resultados no son concluyentes pues sólo se sometió un pequeño grupo de participantes y no podemos generalizar, se trata de un experimento que nos da una idea acerca de las ventajas potenciales en el sector médico las cuales podemos aprovechar.
En universidades de Estados Unidos y Alemania han estudiado sistemas de triaje con IA y entre las ventajas se cuenta el que aumenta la eficacia y la celeridad del diagnóstico. Además, la IA puede procesar enormes cantidades de información con rapidez y gracias a algoritmos avanzados y al aprendizaje automático, evaluar rápidamente la gravedad y estado del paciente con lo cual se puede priorizar quien debe recibir atención médica eficaz y oportuna.
La IA es multitarea porque puede procesar grandes volúmenes de datos de varios pacientes a gran velocidad. Por ejemplo, cuantificar los recursos para una cirugía y ayudar a tomar decisiones, algo muy útil cuando se trata de una emergencia.
Los sistemas de atención de urgencia con apoyo de la IA pueden funcionar las 24 horas del día, por lo cual contribuiría a reducir la carga de trabajo del personal sanitario el que muchas veces se ve sometido a jornadas extenuantes y de mucho estrés.
Pero la IA no es un buen médico general ni lo reemplazará en un futuro, si está entrenada sobre el tratamiento del cáncer no podrá hacer un diagnóstico sólo podrá sugerir o respaldar diagnósticos.
Mientras un médico se fija en múltiples factores durante un examen y entrevista realizada al paciente, la IA sólo será buena en la medida que cuente con los datos que los desarrolladores le proporcionen por lo cual tienen la responsabilidad de crear conjuntos de datos diversos, exhaustivos y representativos.
La IA no es capaz -como sí lo hace el médico – de evaluar en su conjunto las circunstancias particulares, sociales o las condiciones de salud de un paciente; el médico es fundamental y la tecnología sólo es una importante herramienta de apoyo que nos proporciona la tecnología.