¡Mi pareja me agota psicológicamente!

Publicado por Equipo GV 8 Min de lectura

Dr. Franco Lotito C. – www.aurigaservicios.cl
Conferencista, escritor e investigador (PUC)

Aun cuando se espera –y se desea– lo contrario, en ocasiones, la relación sentimental entre dos personas puede convertirse en una carga emocional extremadamente pesada e intolerable.

Todo el mundo supone que las relaciones de pareja representan un refugio seguro, feliz y agradable para las personas, es decir, un lugar donde disfrutaremos de afecto, paz, tranquilidad y de apoyo. Sin embargo, la realidad puede darnos un portazo en la cara y ser muy distinta a aquello que esperábamos, al punto que terminamos por darnos cuenta que nuestra pareja es quien, justamente, nos agota psicológica y emocionalmente.

Si bien esto resulta ser una experiencia dolorosa y, en algunos casos, incluso, traumática, es una situación que, últimamente, se ha vuelto más común de lo que muchas personas quieren admitir. Las razones para que esto ocurra son variadas y diversas, y van desde: (a) la existencia de diferencias irreconciliables y muy difíciles de negociar, (b) una pobre, mala y/o nula comunicación, (c) actitudes personales que dejan mucho que desear, (d) presencia de abusos, mentiras y engaños. Sólo por mencionar algunas.

Aclaremos previamente, que el “agotamiento emocional es un estado de cansancio y desgaste mental que surge cuando las personas están expuestas de manera prolongada a un estrés emocional de carácter crónico y prolongado”, condición que al decirlo con otras palabras, significaría, simplemente, que “la persona ya no puede más”.

No obstante que el burnout se asocia, generalmente, al ámbito laboral, también es factible que se presente en otras esferas de la vida, tal como lo es el caso de las relaciones interpersonales y de pareja. Si una persona termina por darse cuenta que es la pareja quien está generando el estrés, el primer paso para resolver este problema, es intentar identificar sus causas. Revisemos algunas de ellas:

  1. Conductas disfuncionales: son conductas que están directamente relacionadas con ciertas actitudes o dinámicas personales que pueden ser calificadas de tóxicas y frustrantes, tales como: manipulación emocional, conductas celópatas y controladoras, comportamientos abusivos, violencia intrafamiliar, etc.
  2. Carencia de apoyo emocional: en lugar de recibir contención y apoyo emocional por parte de la pareja en momentos difíciles, lo único que se recibe son críticas, indiferencia o incluso, descalificaciones. Cuando esto sucede, la persona se ve enfrentada a un sentimiento de profunda soledad y desconexión emocional. A lo anterior se agrega el sentimiento de incomprensión y de escasa valoración por parte de la pareja, todo lo cual, redundará en un gran agotamiento a nivel psicológico.
  3. Mala o nula comunicación: la incapacidad para expresar sentimientos, emociones y necesidades, al mismo tiempo que ser incapaz de escuchar con atención, desgasta, incluso, la relación de pareja más sólida. Si las conversaciones que sostiene la pareja adquieren el formato de un campo de batalla, de un callejón sin salida o, peor aún, son inexistentes, el malestar emocional no tardará mucho en aflorar y acabar con la relación.
  4. Falta de un espacio personal: detrás del sentimiento de que “tu pareja te agota psicológicamente” puede esconderse un desequilibrio entre la vida conjunta y de pareja, así como entre la vida individual y personal. Este cansancio podría estar asociado a un sentimiento de asfixia, de estar pasando demasiado tiempo pegado a la pareja, de estar dedicando mucho tiempo y energía a la relación, al punto que la persona termina por descuidar sus propias necesidades, intereses y deseos.
  5. Presencia de conflictos no resueltos: ya sea debido a la existencia de diferencias en relación con el deseo sexual, discrepancias en relación con las visiones de vida o que se produzcan crisis recurrentes, el hecho de no abordar los conflictos a tiempo puede hacer que la carga emocional se convierta en algo muy abrumador para una persona, ya que sería el equivalente a portar consigo una mochila llena de preocupaciones, de molestias y frustraciones que no se aligeran con el pasar del tiempo y que terminan por generar una tensión constante e insoportable.
  6. Existencia de problemas psicológicos individuales sin solucionar: dado el hecho que las parejas ejercen una fuerte influencia mutua sobre las experiencias emocionales, si una de las partes está lidiando con problemas psicológicos o emocionales tales como: ansiedad, estrés o una depresión, esta situación afectará directamente la dinámica de la relación de pareja, en cuyo caso, es preciso buscar ayuda profesional.

En relación con todo lo anterior, es importante prestar atención a ciertas señales que podrían revelar que la relación de pareja está afectando el bienestar psicológico de una de las partes –o incluso, de ambas– tales como: (a) presencia constante y habitual de discusiones y conflictos que se originan por cosas insignificantes, (b) pérdida del deseo sexual  e incomodidad ante la idea de encuentros íntimos con la pareja, (c) presencia de malestar general que se evidencia a través de falta de energía, falta de motivación, ansiedad recurrente al compartir con la pareja, (d) sentimientos de irritabilidad y de sentir que la relación ya no puede sostenerse más, (e) falta de confianza en la pareja, acompañada de un sentimiento de que la otra persona representa una amenaza al propio bienestar físico, emocional y psicológico.

Digamos, finalmente, que si una de las partes tiene la convicción de no sentir que está siendo valorada, respetada o cuidada por parte de quien se supone está ahí para apoyar y brindar amor, afecto y seguridad, entonces es tiempo de no ignorar ni hacer la vista gorda ante este tipo de señales y pensar seriamente en tomar todas las medidas necesarias para terminar a tiempo con una relación de pareja que se ha vuelto tóxica, por cuanto, ignorar los problemas que se han hecho cada vez más visibles, no hará que dichos problemas se resuelvan como por arte de magia. Por el contrario: se corre el riesgo de reaccionar muy tarde y de poner en serio peligro la estabilidad mental y emocional de la persona en cuestión.

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