Rodrigo Paz, un destacado siquiatra, un humanista de profundas convicciones sociales, con una visión clara de los problemas que nos afectan y que nadie enfrenta seriamente, hoy nos muestra la cruda realidad que nos toca vivir. Y duele.
Tal como defendió al “cizarro”, un delincuente juvenil, lo sanó, lo llamó por su nombre, y peleó contra todos para que siguiera su tratamiento, perdiendo la batalla, pelea, en esta entrevista plenamente vigente, nuevamente contra los molinos de viento, para decirnos a la cara que Chile, la copia feliz del edén no es el paraíso que nos pintan. Y la cosa se va a poner peor.
Y las cifras son impresionantes…
“Uno: Chile es el país que tiene la tasa de depresión más alta del mundo. En la última Encuesta Nacional de Salud se logró establecer que 2 de cada 10 chilenos presentaban síntomas depresivos como para provocar algún grado de incapacidad funcional. Si uno compara eso con la estadística internacional el promedio en estudios similares, hay 4 veces más prevalencia de síntomas depresivos en la población de chilenos adultos que en el resto de la población mundial.
“Dos: en todos los países de la OCDE el suicidio en niños y adolescentes, o se mantiene estable o va en disminución. Chile y Corea del Sur son los únicos países donde el suicidio en niños y adolescentes va en aumento.
“Tres: en la última encuesta de violencia aplicada por Adimark, 3 de cada 4 niños chilenos, declara que en su casa hay situaciones de violencia física y/o sicológica, y 1 de cada 10 niños chilenos reporta que ha sido víctima de abuso sexual.
“Cuatro: Chile es el país del mundo donde el consumo de alcohol de y/o marihuana se inicia más precozmente. El promedio de inicio de consumo de alcohol y marihuana y/o nicotina es a los 12 años, en circunstancias que en el mundo es entre los 14 y 15 años. De hecho las tasa de adicción en niños y adolescentes son de las más altas del mundo”.
“Cinco: cerca del 40 por ciento de la población de adolescentes consumen alcohol en forma perniciosa para la salud. Cerca del 5% de la población de niños y adolescentes consume pasta base en forma adictiva y más menos el 10% de la población consume marihuana en forma perniciosa para la salud”.
“También tenemos las tasas más altas del mundo en conductas de bullyng, de maltrato de niños por otros niños, para qué hablar de las tasas de delincuencia infanto-juvenil. Somos el país con la mayor tasa de internación en cárceles del mundo. La tasa de institucionalización en hogares de Sename, por situaciones de violencia intrafamiliar y otras, también es de las más altas del mundo. En Chile, las dos causas principales de muerte entre jóvenes y adolescentes, es muerte violenta, ya sea por suicidio o por homicidio. Uno de cada 3 santiaguinos se declara altamente estresado. En fin tenemos una serie de indicadores que muestran que estamos atravesando por una gravísima crisis de salud mental inédita en occidente.”. Relata Rodrigo Paz, con la sensación que cosas peores pueden ocurrir en el corto plazo.
Pero su diagnóstico tiene un origen aún más profundo, y tiene nombre y apellido, se llama “anomía”, la perdida absoluta de la existencia de pertenencia a un colectivo, y se puede observar en las altísimas tasas de aislamiento y desconfianza existentes en nuestra sociedad: “hoy pasan cosas aberrantes en Chile y la gente sigue su camino como un verdadero zombi, y el que logra conectarse con la realidad se deprime y se angustia”.
Su visión de este problema apunta al modelo económico que nos rige, como promotor de todas las situaciones descritas, siendo responsable directo del aumento de la sensación de inseguridad y desconfianza..“en la medida que el modelo va enfermando más a la gente, las personas se van haciendo menos sensibles. Por eso el trabajo de recuperar la ciudadanía, la esperanza… es un trabajo urgente”.
Algo se quebró en el alma nacional, algo que nos sigue acosando como sociedad y que a nadie parece importar, y Rodrigo Paz especifica razones de fondo..
“Uno puede visualizar varias causas: Chile tenía cierta forma de trabajar, una cierta forma de funcionar y con el golpe militar se instala esto que se ha llamado modelo neoliberal, que cambia totalmente esta forma de vida. ¿Y en qué consiste este modelo? Básicamente en dos o tres cosas: primero, el Estado es subsidiario, lo que significa que la iniciativa en Salud, Vivienda, Educación, previsión social…, es entregada a particulares y el Estado sólo interfiere cuando lo particulares no pueden resolver estos problemas. Qué significa en la práctica que cada chileno tiene que arreglárselas por su cuenta y eso ha generado un sentimiento de desconfianza, de inseguridad, de desprotección total. La gente siente que ya no hay nada ni nadie que lo pueda proteger. Si eso se conecta con otro fenómeno propio del neoliberalismo que es la individualización, entonces, ya no hay sindicatos, no hay colegios profesionales, no hay federaciones estudiantiles -sólo en el último tiempo han asumido mayor vitalidad- pero claramente, tenemos un tejido social pobre. Todas las iglesias están debilitadas, los sindicatos, las juntas de vecinos… la gente comienza a replegarse en sus casas.
“El sistema neoliberal además, ha puesto la exigencia que las mujeres entren masivamente al mundo laboral y tienen que dejar a sus hijos precozmente en salas cunas y todos sabemos que los niños, los primeros seis meses o el primer año de vida no tiene que estar en salas cunas, tienen que estar con su madre, pero el modelo neoliberal exige que la madre salga a trabajar porque con el sueldo de uno de los progenitores no basta. Entonces, tenemos progenitores cansados, obligados a dejar a sus hijos precozmente, a destetarlos. Tenemos niños más estresados. Tenemos mala educación. Los colegios, salvo los que pueden pagar, son de muy mala calidad, se van segregando por nivel social, entonces, los colegios donde hay menos plata, es donde hay más estrés y hay mayor violencia. De hecho hay indicadores claros que dicen que la tasa de angustia y depresión es de más o menos un 7% anual en las personas de Lo Barnechea, Vitacura y Las Condes, pero es de un 40% anual en los sectores de bajos ingresos. O sea, claramente, la angustia y la depresión en Chile se distribuyen según nivel socioeconómico. Agréguele a eso que tenemos un sistema previsional absolutamente reventado, con un sistema de salud que está quebrado, donde se crea un sistema Auge que en la práctica significa que si usted se fractura una cadera a los 70 años va a tener que esperar un año con suerte para que la operen. Entonces: desprotección, trabajo precario, campea el poder de los empresarios, de los poderosos, con bajo nivel de sindicalización, con leyes laborales que proteger poco a los trabajadores, con inspecciones del trabajo que muchas veces favorecen más al empleador que a los trabajadores”.
Hilando más fino, el Doctor Paz, deja en claro los grupos más afectados por esta cultura de la individualidad, y que visitan con frecuencia su consulta…
“Trabajadores del Transantiago, trabajadores del retail, cajeras de supermercado, vendedores de call center, profesores sobreexplotados que tienen que trabajar a triple jornada para hacer las lucas, y al otro lado: ejecutivos de bancos y de empresas transnacionales, porque la lógica del neoliberalismo es la sobreexplotación del trabajador que incluye también al ejecutivo, entonces, tenemos estrés al por mayor”.
Colocado en el escenario de calificar el accionar de la sociedad para verificar el sentir de la ciudadanía frente a esa actuación, su juicio es lapidario…
“Los seres humanos somos animales sociales, somos primates sociales. Somos colectivo. Nuestra identidad se forma en la interacción con los otros. Entonces, qué pasa cuando se disuelven los vínculos sociales y se pierde la confianza en que el colectivo es portador de una norma, de un sentido, de una cultura. Surgen estas tribus urbanas, surgen las sectas, los movimientos religiosos fundamentalistas… porque el ser humano necesidad colectivo. Se produce este fenómeno de aislamiento, de insensibilización donde al final vamos transformándonos en un país de zombis, que viven en la rutina. Se produce una anomia, una pérdida de la conexión con la moral, lo social, lo valórico. Tenemos un país dividido entre los anómicos, insensibilizados, zombificados y los que logran conectarse con esta situación”.
Y la solución parece más simple de que muchos nos imaginamos, y pasa por una seria reconversión de nuestra forma de ser, nuestra manera de asumir ciudadanía…
“A un paciente, le damos fármacos para que el cerebro comience a funcionar mejor, se adapte. Sicoterapia, para que la persona vuelva a recuperar un nivel que le permita funcionar, pero claramente estamos colocando parches. Si queremos salir de esta crisis de salud mental, el país tiene que cambiar. Tenemos que volver a pensar, a imaginar un país decente, un país vivible. Porque podemos generar ejércitos de siquiatras, sicólogos, consultores de salud mental, pero siempre vamos a quedar al debe, porque lo que está generando esta oleada de enfermedades, inestabilidad emocional y estrés, es el modelo y hay que hay que cambiarlo, pero para poder cambiarlo se necesitan ciudadanos movilizados y conscientes. No es fácil. En la medida que el modelo va enfermando más a la gente, la gente se va haciendo menos sensible.”
El escenario político más reciente, con un alta participación de candidatos a la presidencia…¿Entrega alguna esperanza de participación…?
“Yo creo que habla justamente de los contrario, de la anomía, porque resulta que no hay sentido colectivo. La gente es incapaz de generar alianzas. Creo que si hubiera más facilidades de para inscribir candidaturas habría 17 millones de candidatos, porque cada grupúsculo desconfía del otro y genera identidades parciales, es un fenómenos de sectarización de la política porque hay desconfianza. Entonces, está la izquierda más uno, más dos o más tres. Ni la derecha logra ponerse de acuerdo, porque no hay redes, no hay vínculos, no hay capacidad para generar alianzas y eso también tiene que ver con el impacto que tiene el modelo neoliberar. Porque ¿cuál es el mensaje?: arréglatelas solo, emprende solito, porque esta es una jungla y el que no se las arregla solo está sonado”.
Equipo GV/ El Ciudadano
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@gvalpo el mejor y mas completo diagnostico de la triste realidad de nuestro pais.Tenemos una inmensa tarea para q Chile vuelva a ser normal
En la famosa carta de los provinciales jesuitas latinoamericanos , de los años 80, ellos dicen :
“Al generalizarse la aplicación de la ideología neoliberal en la sociedad, se destruye la raíz de la comunidad humana”
Esto se ha cumplido en forma casi matemática.
Chile País Enfermo http://t.co/ENJPRMnNZS
muy acertado este comentario, nadie duda que esta inmundicia de sociedad, este maldito modelo impuesto a sangre y fuego por los criminales de uniforme, tiene a toda nuestra gente enferma, alcoholica, drogadicta y violenta. Peor somos nosotros que embrutecidos por el sistema no nos damos cuenta como nos dominan y no somos capaces de sacar la voz para protestar, y peor aun nos refugiamos en el alcohol, las drogas, el futbol, la farandula, para escapar de una realida, y en vez de ser violentos contra toda esta inmundicia, nos dedicamos a golpear y violentar a nuestras mujeres, nuestros hijos, como si ellos tuvieran la culpa de nuestra cobardia.Incapaces de defender siquiera las migajas, la limosna que con desprecio nos tiran desde la cota 10.000….. no hacemos nada, nos escondemos cual cobardes e inutiles ciudadanos que no somos capaces de ver estas coas.
Muy interesante