De acuerdo con la NASA los hoyos en la superficie de la Luna podrían resguardar a las futuras misiones y proporcionarían un lugar seguro para los astronautas: sin radiación, sin micrometeoritos, posiblemente muy poco polvo y sin cambios salvajes de temperatura en el transcurso del día y la noche.
No se trata de cráteres, sino de agujeros formadas por el desprendimiento de la superficie sobre cuevas interconectadas, corrientes de lava que pasaron por ese lugar hace mucho tiempo, o bien, por las vibraciones del impacto de meteoritos que repercutieron en el desprendimiento del techo.
Existen alrededor de 200 hoyos con un diámetro de 9 a 200 metros, y fueron descubiertos por el Orbitador de Reconocimiento Lunar (LRO) de la NASA.
Las agencias ya han abordado el tema y desde hace años comenzaron con las investigaciones. Una sonda de reconocimiento japonesa identificó un hoyo de 88 metros de profundidad y 130 metros de diámetro, incluso se ilusionaron con la edificación de bases lunares en el futuro, mientras que una nave india encontró un hoyo con una profundidad de 1.7 kilómetros y 120 metros de diámetro. En este último, la temperatura se mantenía alrededor de los 20° centígrados.
De corroborar la teoría de los investigadores de la NASA, encontrar agua en un cráter de la Luna no habría sido en vano y en el futuro comenzarían la construcción de bases lunares, pero no en la superficie como usualmente creemos, sino al interior del satélite natural, a través de pequeños caminos conectados entre las cuevas.
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