De acuerdo a datos entregados por la UNICEF, existen actualmente más de 16 mil sitios de pornografía infantil en todo mundo. En Chile, la mayoría de las fotografías subidas a estos sitios provienen de Facebook. Por otro lado, los índices de acoso y espionaje cibernético han aumentado drásticamente durante los últimos años, al punto de convertirse en una de las causas de homicidio y suicidio alrededor del mundo. Todo esto debería alarmar a los usuarios y hacerles cuestionar las políticas de privacidad de esta red social, pero la creciente demanda del sitio parece sugerir que no es así. Esto es altamente preocupante, ya que la red social aumenta su número de usuarios exponencialmente día a día. Pero, ¿quién es el culpable de esta vulnerabilidad a la seguridad?, ¿de Facebook o de los usuarios? La respuesta es obvia: de los usuarios.
Facebook nació en el año 2004 como una plataforma comunicacional limitada a sus desarrolladores, estudiantes de la Universidad de Harvard. Sin embargo, con el paso de los años, este límite se hizo cada vez menor y se fue propagando lentamente, hasta que hoy en día cualquier persona del mundo que tenga, al menos, 13 años puede ser parte de ella. Por supuesto que existen usuarios de edades inferiores. Los 1.28 billones de usuarios activos que esta red social posee mensualmente podrían hacer creer que es una de las redes sociales más seguras; con las configuraciones de privacidad más altas y estrictas. Pero está muy lejos de ser así. De acuerdo a Daniel Harlpen, investigador de la Facultad de Comunicaciones de la Pontificia Universidad Católica de Chile, “sea cual sea el contenido que se suba a la red, aunque solo lo vea un amigo, se puede hacer viral y público en cualquier momento”. Esto es alarmante y debería alarmar también a sus usuarios, especialmente a aquellos que utilizan esta red social como una extensión de sus vidas. Es bastante común que las mamás primerizas suban fotos de sus bebés recién nacidos, de sus primeros pasos, de los lugares que visitan o de su primer día de clases, sin considerar el peligro que acarrea el incluir en estas fotos nombres de calles donde residen o instituciones a las que asisten. Este inocente acto, lamentablemente, propicia los perversos deseos de los pederastas y pedófilos. Según datos entregados por Tren Digital y cifras de la PDI, en Chile, el 70% de las fotos de páginas web dedicadas a la pedofilia provienen de Facebook. Esta alarmante cifra es posible, básicamente, gracias a la sencilla tarea de guardar una foto en el computador para luego subirla a cualquier sitio en menos de 10 segundos. ¿Les gustaría ver a sus hijos en una página de pornografía infantil?
Por otro lado, el peligroso catfish – creación de perfiles falsos en Facebook – demuestra que esta red social tiene, en realidad, muy pocas restricciones en lo que a autenticación se refiere. Un perfil falso encubierto es el método ideal de estafadores, espías y delincuentes para llevar a cabo sus actos delictivos. Un perfil que luce inocente, como el de un recién nacido o mascota, será posiblemente aceptado por varias personas. Sin embargo, propicia al espionaje, tarea que no es difícil. Es suficiente con que el delincuente que usa este perfil falso observe los posts de sus víctimas, el tipo de páginas que siguen o las fotos que suben. De esta forma, los delincuentes arman una suerte de “perfil psicológico”. Un estudio de la Universidad de Pensilvania analizó la elección de palabras de 75.000 usuarios de la red social, quienes voluntariamente hicieron pública su actividad. Los resultados arrojaron que era posible catalogar el comportamiento de los usuarios en cinco categorías: franqueza, extraversión, agradabilidad, escrupulosidad y estabilidad emocional. Todo esto indica que los que se la pasan aceptando solicitudes de amistad corren un grave peligro, ya que existe la posibilidad de que delincuentes construyan un perfil psicológico con sus datos y, con ello, concreten diversos crímenes que van desde el bullying a los asesinatos, al conocer los lugares a los que viajarán o al saber que están solos en casa. Por lo tanto, “Esta noche la pasaré muy bien junto a mi familia en la casa de mi prima” puede ser el último post que un usuario comparta.
Recapitulando, Facebook es un arma de doble filo. Por un lado, permite a sus usuarios comunicarse con sus seres queridos y divertirse con las aplicaciones y publicaciones de sus páginas de interés. Pero, por otro lado, es una verdadera amenaza a la integridad debido a las importantes debilidades que sufre en cuanto a privacidad. ¿Erradicar Facebook? No, no es una buena solución. ¿Que sus usuarios sean más responsables? Claro que sí lo es. ¿Es necesario subir una foto de un recién nacido o postear que están “solos y aburridos” en casa? Para nada. Quizá no ocurra nada hoy. Ni mañana. Pero el riesgo existe. Así que, llamo a los usuarios a ser completamente cautelosos con lo que comparten en su muro.
http://t.co/bb7KOz0S4Q #Facebook: Un Muro Peligroso. Lean la columna de opinión de mi autoría que #GranValparaiso aceptó 😀 @gvalpo
Esperamos más colaboraciones. El Director.
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