Una defensa cerrada al mundo de “los guachacas”, de parte de un seudo integrante del movimiento , nos motivó a preguntar e investigar sobre un colectivo que tiene sus pies en lo popular, pero el corazón en la TV , la farandula y las ganancias “ de cuico”.
Por Equipo GV.
Dióscoro Rojas es un músico al que algunos, como El Mercurio, denominaron, alguna vez, el padre del Canto Nuevo.
Ex militante del MAPU , y autor de algunas canciones que plasmó en dos discos, el natural de Lontué, se vino a Santiago a estudiar música en el conservatorio. Algunas entrevistas de prensa, y partes de biografías no autorizadas, hablan de su escasa militancia activa, y su falta de compromiso, lo que significó que nunca fuera un enemigo a considerar por parte de la dictadura.
Su figuración pública actual se la debe, sin duda alguna, a la gestión, publicidad y proyección comercial del colectivo “ los guachacas”, una marca dedicada a exaltar una suerte de chilenismo paralelo, con exitosos resultados comerciales y de posicionamiento.
Los guachacas han recorrido Chile. Y no existe región que no tenga su propia “reina guachaca”, aunque la que se lleva los aplausos, las fotos, y la publicidad, es, sin duda, la elegida en Santiago, la primera contradicción del movimiento.
La elección de los “reyes guachacas”, con auspicio de marcas, diarios y canales de TV, con luchas por votos, es la parte más cuestionada. Hasta la fecha se sigue aguardando las explicaciones que hagan entender a todos porqué se anunció en alguna oportunidad el nombre de una figura ganadora, para que, al final del día, y previa reunión en las oficinas de un ejecutivo de TV, se cambiara al ganador. La cumbre guachaca del año 2010 estuvo marcada por la intervención de los canales, que veían en la marca una forma de posicionamiento de los rostros en pantalla. Y Dióscoro una oportunidad de masificar al colectivo liderado por él. Resulta de antología rememorar la conferencia de prensa que anunciaba el triunfo de José Miguel Villouta, por sobre Salfate.
Este romance siempre negado y oculto entre los guachacas y la farandula, los rostros y las marcas, es la parte menos comentada por los medios.
Y las razones sobran.
Dióscoro sabe lo fundamental que le resulta, para el negocio, la unión “TV-guachacas”, porque lo valida socialmente, es un permanente invitado a programas, es un referente de la nacionalidad, título autoimpuesto, obviamente. Y basta revisar el listado de los reyes y reinas elegidos hasta la fecha. ¿Existe un genuino guachaca en el listado?…
Con el nacimiento del reinado, nace una férrea guerra entre los famosos por figurar ¿Cómo toman ustedes esto?
“Hay algunos que lo toman como una competencia, pero nosotros tiramos los candidatos más variados. Pero también entendemos que postular a alguien es como un homenaje a su trabajo. Por ejemplo, lo hicimos con la actriz Catalina Saavedra, de la película La Nana. La gente no votó mucho por ella, pero para nosotros fue muy importante impulsarla. También postulamos a la actriz que hizo de Violeta Parra (Francisca Gavilán), también no sacó gran votación, pero para nosotros es el homenaje que le hacemos. Debe ser gente que sea relativamente destacada. Igual nos hemos encontrado con muchas sorpresas, por ejemplo en los varones, cuando postulamos al actor y cuequero Daniel Muñoz, que no funcionó. Igual, fue a la pelea junto a Felipe Camiroaga, quien fue el primer Rey Guachaca o Gran Compipa. También sabemos que esto es una cuestión de buen humor, donde tratamos de poner candidatos que sean optimistas o personajes de diverso tipo en Chile.
¿Qué opina de aquellos que lo ocupan como una herramienta de popularidad?
Nosotros no le avisamos a nadie. Nuestro método es consultar dentro de la gente qué son fiables para esto. Queremos forjar una manera distinta de hacer chilenos. Por eso elegimos a este y al otro. Hay gente que nos confunde con un aparato de marketing, lo que es mentira. Otros que somos un partido político, pero nuestra esencia es ser ‘humilde cariñoso y republicanos’. Sobre esas bases caen muchos chilenos. Hay también una corriente que dice que debemos lanzar guachacas guachacas, pero ¿quiénes son los guachacas guachacas? Podemos tirar a la niña de la carnicería de la esquina, y sería un testimonial, pero no saca votos, y los que más critican no votan así. Hoy todos se sienten capaces. Es bueno para nosotros, porque es una fiesta en donde todos son partícipes o creen que pueden participar. No estamos en la cabeza de la otra gente que aspira y creen que pueden ser más populares, pero, sinceramente, el ser rey o reina Guachaca le da más popularidad a la gente. Es verdad, porque no es lo mismo ser rey o reina se esto que reina de Viña del Mar. Hasta las Miss Chile se declaran guachaca, y eso nos asombra también.
(Dióscoro Rojas..suplemento Glamorama, Diario La Tercera).
Las dudas persisten cuando no tenemos respuestas claras a otra contradicción evidente.
El colectivo liderado por Dióscoro Rojas, en su afán de diversificar el negocio, y como lo comentáramos anteriormente, ha realizado cumbres paralelas en regiones, campañas de ayuda social para la tercera edad, lo cual le ha dejado siempre beneficios en imagen. Todo lo anterior sirve como base para los eventos futuros. No dudamos de las buenas intenciones, pero tras cada campaña, la marca del colectivo se consolida, como parte de una estrategia muy bien pensada y ejecutada.
Revisar su página de internet es otra aventura. No existe actualización de la información, salvo la que implica nueva fechas de eventos, pero se puede apreciar una alta presencia de marcas comerciales, medios de comunicación y canales de TV, lo que indica ingresos no menores por esos conceptos. La lectura de los mensajes dejados por los usuarios es un catalizador activo de sus propias falencias: la duda sobre las elecciones de reyes y reinas flota en cada frase.
ESTACIÓN MAPOCHO
Ya se encuentra en plena promoción la fonda que los guachacas organizan en la Estación Mapocho, para el próximo 18 y 19 de septiembre, declarada hace un tiempo Monumento Nacional, y que sigue siendo un patrimonio público, administrado por privados.
No es, entonces, una casualidad que el presidente del directorio de la fundación sea el Ministro de Educación.
Nos propusimos saber la nexo existente entre esa fundación administradora y el colectivo de los guachacas, habida cuenta que , de acuerdo a lo informado por personal encargado de atención a clientes interesados en arrendar el espacio, nos comentaran que no existe posibilidad alguna de realizar eventos-fiestas en el recinto.
“Por una política de la administración, y porque el barrio se ha convertido en residencial, y los vecinos exigen sus derechos, la Estación Mapocho no se arrienda para fiestas”….”Por otra parte aquí se encuentra la Orquesta Juvenil, y el recinto es muy antiguo, y hay que preservarlo y cuidarlo.”, nos argumentó una funcionaria encargada de estos detalles.
Insistimos en el punto, y sacamos a colación la publicidad existente sobre una fonda en el recinto, y se nos argumentó..” lo que pasa es que los guachacas están auspiciados por el Ministerio de Cultura…”
Argumentamos que la fonda de dos días, el consumo de alcohol, estacionamientos, guardias, disturbios, etc., serían un serio inconveniente para los vecinos, motivo fundamental del argumento para no arrendar a otras productoras o interesados, se contradecía con la presencia de la fonda guachaca,…y nos contestaron que, “envíe una carta al director de la corporación, y me comprometo a que le van a contestar. Total , en esos días andan todos curaos.(sic)”
Y debimos quedarnos con la batería de argumentos que seguían tras la respuesta dada, porque hasta la fecha nos resulta difícil de entender que una política de trabajo, de una corporación seria y que ha dado muestra de su profesionalismo y compromiso con la cultura y la diversidad, se base en actos que huelen a discriminación. ¿O perdió vigencia la frase…ley pareja no es dura?.
Y las contradicciones siguen.
Una pequeña biografía describe en detalle su participación en los circuitos musicales del Chile pre dictadura, y su postura frente a ellos era muy decidora:
“Si bien Rojas sentía una gran admiración por el movimiento que se desarrollaba alrededor suyo, no se sentía preparado ni interpretado a plenitud como para inscribir allí su creación. «Había una manera un poco oscura de ver la música popular que a mí no me funcionaba», dice. «Toda esa estética negra, de barbas… Yo venía del mundo campesino, me encantaba Ramón Aguilera, la Palmenia Pizarro, se me armó una contradicción. Sentí que debía hacer algo diferente».
Al contrario de sus postulados actuales, no escatimó críticas para colegas artistas…
“A mediados de los años ochenta, Rojas apareció en El Mercurio bajo el título «El padre del Canto Nuevo», aunque, en esa misma nota, el músico advertía que el movimiento se encontraba ya en decadencia. En otras apariciones, no se ahorró críticas contra cantautores que, desde la televisión, según él blanqueaban el espíritu del movimiento, como Óscar Andrade y Miguel Piñera.”
Hoy, con el paso de los años, y con la llegada de la democracia, donde todas las ideas cambiaron, la sustentación del movimiento Los Guachacas se basa en las apariciones televisivas, su sociedad informal con los rostros, las marcas, y los medios de comunicación, que han validado un movimiento que se dice representar el alma de Chile.
Nos parece que arrogarse la representatividad de la esencia de los chilenos es pecar de una arrogancia que sentimos muy distantes del verdadero Chile, el que conocemos porque somos parte de él.
No estamos en contra de Dióscoro Rojas, ni del colectivo Los Guachacas. Estamos contra toda forma de utilización impune, publicitada y contradictoria, de los chilenos, estamos contra todo lo que huela raro, entre cuatro paredes, asociado a la farandula, y el colectivo los guachacas no se caracteriza precisamente por ser muy transparente a la hora de elegir reyes y reinas.
Y por último, cuando una corporación cultural, como la que administra los destinos de un Monumento Nacional, que pertenece a todos los chilenos. Como es la Estación Mapocho, privilegia a unos por sobre otros, eso tiene un nombre un nombre bien guachaca: apitutados.
Estamos por la transparencia activa en las acciones culturales que involucran a los privados. Porque a todas luces, tras la fachada de “ humildes, republicanos y cariñosos”, se refugia un legítimo negocio, que de manera también legítima se asocia con canales de TV, radios y diarios, para obtener ganancias, y utiliza a los rostros de TV como parte de su estrategia publicitaria, lo que encontramos absolutamente legal.
Estamos en contra de otras situaciones. Estamos en contra de confundir a los verdaderos humildes, republicanos y cariñosos, que creen estar en el lugar que les pertenece, ganado por ellos, y no es más que una ilusión romántica que tras el último sorbo de pipeño, y aguardar la locomoción que los llevará a su hogar, en la mañana se enfrentan, nuevamente , a su realidad.
La misma que “los guachacas” , liderados por Dióscoro Rojas y su colectivo, volverán a revivir cuando se organice un nuevo evento, con entradas por pagar.
los guachacas??que son los guachacas?? no los veo defendiendo el negro bueno de la florida, ese lugar si que es un verdadero templo de la cultura popular chilena¿¿los guachacas?? quienes crestas son estos personajes vendidos al sistema?? nunca los he visto promocionar al club matadero de franklin ni a algun lugar historico de valparaiso que muestre su cultura popular?? quienes son estos personajes??
N. de la R. Qué buen punto estimado José Ariel. El equipo GV olvidó consignar, por ejemplo ese detalle no menor del mítico “Negro Bueno” del P.14 de V. Mackenna, que queda, para mayor detalle, frente a “La Chinita” otra picada de antología,olvidada por estos personajes. El Director