Eduardo Ravanal Moreno
Director carrera de Pedagogía en Biología y Ciencias
Magíster en Didáctica de las Ciencias
Universidad Central
En tiempo de Reforma Educativa, las comunidades se reúnen en torno a la mesa a opinar y discutir sobre el alcance, la pertinencia, las posibilidades futuras o las restricciones que impone a los niños/as, jóvenes, profesores y apoderados- dicha reforma. En tanto el mundo político intenta día a día dar luces sobre sus alcances. Fundamentando la pertinencia de las ideas que configuran la propuesta, mostrando a la ciudadanía las posibilidades futuras para cada uno de nosotros y con prudencia, deja entrever sus restricciones, por cierto, propias de cualquier iniciativa.
El fin al lucro, al copago y a la selección, son medidas que celebramos. Al mismo tiempo, el fortalecimiento de la educación pública es una preocupación. No obstante ello, el profesorado se debe estar preguntando ¿cómo vamos?, ¿habrá tiempo suficiente para preparar cada una de nuestras clases?, ¿contaremos con el apoyo de nuestras autoridades para fortalecer y diversificar nuestro conocimiento profesional en el marco de un programa de desarrollo alternativo por sobre los programas tradicionales que se han implementado por décadas?, ¿tendremos apoyo suficiente para atender a todos y todas nuestros/as estudiantes con igualdad y equidad?, ¿podremos disfrutar del logro académico de cada uno de nuestros estudiantes según sus talentos y capacidades personales sin pensar en el Simce o en la PSU?, ¿la convivencia escolar podrá resituar valores para un Chile unido que respeta y valora las diferencias personales?
Estoy convencido que sí, siempre y cuando comprendamos que los cambios en la educación pasan por lo que piensa y hace un profesor/a en la sala de clases.