Por : ALEJANDRO NAVARRO, Senador de la República.
Los llamados temas valóricos o de la agenda liberal, van ganando espacio en la ciudadanía. Así lo muestra la Encuesta nacional de la UDP 2014, en su capítulo Transformaciones Socioculturales que concluye una creciente y paulatina aprobación en la población mayor de 18 años frente al matrimonio igualitario, la eutanasia y la despenalización del autocultivo de cannabis, entre otros. En la misma dirección, según el Programa Agenda Joven del INJUV, los temas que más le importan a la juventud de cada región y del país son nuevamente la despenalización de la cannabis, los derechos reproductivos y la diversidad sexual.
¿Qué tienen en común todos estos temas tan diversos? Son todas materias relacionadas con el respeto a la libertad y autonomía del ser humano, con el respeto a los Derechos Humanos esenciales, los fundamentales, los que procuran garantizar la paz en el mundo, los que tienen que ver con el respeto a la soberanía que cada ciudadano tiene sobre su propia existencia, sin causar daño a terceros como única restricción para la sana convivencia.
Así es, el ejercicio de la libertad está garantizado por los tratados de Derechos Humanos suscritos por Chile. También por nuestra Constitución. Y hoy día, claramente la ciudadanía exige esto se cumpla verdaderamente.
Sería un grave error no reconocer que la sociedad ya está madura, que los poderes y organismos del Estado debemos apresurarnos a facilitar las transformaciones necesarias para que se instale en Chile, definitivamente, el respeto a los Derechos Humanos Esenciales, generando así las condiciones para la actualización de nuestro potencial espiritual, que es la máxima aspiración de la humanidad, tal como se explicita, en los preámbulos, la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre.
El miedo a lo desconocido, el miedo a perder un cierto tipo de control ilusorio, no pueden ser el argumento para no asumir el desafío de avanzar. Se trata de la ocupación primera que como sociedad debemos enfrentar. ¿Con que noción de ser humano estamos trabajando? ¿Estamos promoviendo el sano ejercicio de la libertad plena? O ¿Estamos quedando atrapados en el paradigma prohibicionista, realizando pseudo-ajustes que a la larga nos traerán costos aún mayores?
El daño, la descalificación esencial sobre el ciudadano, que implica que el Estado, bajo argumentos de buscar el bien común, restrinja libertades y comprometa el ejercicio de la soberanía personal, nos obliga a avanzar con determinación en corregir toda manifestación de prohibicionismo en nuestra cultura.
El prohibicionismo ha traído muchos más costos que beneficios en nuestra sociedad. No podemos seguir desconociéndolo. Hoy día, desde el prohibicionismo, se vulneran derechos fundamentales en Chile y es nuestra responsabilidad detener tal vulneración.
No podemos seguir pretendiendo que criminalizar conductas o restringir libertades solucionará los problemas que como sociedad enfrentamos. Entiendo que justamente se trata de reorientar la energía, el gasto presupuestario, hacia la investigación, la prevención, la educación, y la implementación de Políticas Públicas que atiendan el Desarrollo Integral del ser Humano, como estrategia para resolver estos problemas, generada desde el nuevo paradigma, uno que respete la libertad y autonomía verdaderamente.
Así se abrirá el espacio para que los ciudadanos efectivamente emitan respuestas de más jerarquía, inclusivas, respetuosa de las diferencias e interesadas en el bien común.
Hoy en Chile ya existen ciudadanos que quieren vivir de manera madura el ejercicio libre soberano de su identidad esencial, que ya lo están realizando y transparentando además, y eso va a seguir saliendo a la superficie, como ya se anticipa en estas encuestas.
En este sentido celebro y valoro la reciente votación unánime y transversal (desde la UDI al PC) en la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, con 10 votos a favor, ninguna abstención ni voto en contra, de la idea general de legislar para modificar la actual ley 20.000 y despenalizar el autocultivo de Cannabis.
Sin duda un hecho histórico en todo sentido. Y espero que en la discusión en particular prime el buen criterio y se resguarde el respeto a la Libertad –sin restricciones- de usuarios y cultivadores de cannabis, que no causan ningún daño a terceros, como un asunto de resguardo de Derechos Humanos.