Acidificación del Océano Afectaría los Sentidos de la Vista y el Olfato de los Peces

Publicado por Equipo GV 3 Min de lectura

pecesSegún un estudio de Científicos del Centro ARC de Excelencia para Estudios de Arrecifes de Coral de la Universidad James Cook, Australia, los peces tardaron más tiempo en desarrollarse en aguas con mayor cantidad de CO2. Los científicos han estudiado el efecto del dióxido de carbono en el comportamiento escolar de la damisela tropical Chromis viridis. El estudio sostiene que los peces juveniles normalmente requieren de tres semanas para reconocer a sus compañeros de escuela, pero los niveles de dióxido de carbono elevados perjudican de manera significativa esta capacidad.
Al igual que los humanos, los peces prefieren a los grupos de individuos con los que están familiarizados en lugar de extraños. Esto proporciona numerosos beneficios, entre ellos un mayor crecimiento, una tasa de supervivencia más elevada debido a una mayor defensa contra los depredadores y un aprendizaje social más rápido. Sin embargo los altos niveles de dióxido de carbono pueden obstaculizar la capacidad de los peces para reconocerse unos a otros y formar grupos con otros peces.
Los modelos de cambio climático predicen que los niveles de dióxido de carbono y la acidez del océano se duplicarán antes de fin de siglo. Para investigar si esta situación afectaría el reconocimiento social de los peces, los científicos mantuvieron elevados los niveles de dióxido de carbono de las escuelas, después se les dio una prueba de opción a los peces, quienes debían elegir entre una escuela de peces familiar y otra compuesta por extraños. Los resultados demostraron que los peces en condiciones normales eligieron la escuela familiar, mientras que los peces criados en condiciones de alto CO2 no mostraron preferencia por ninguna.
Según los científicos el dióxido de carbono estaría interfiriendo en el funcionamiento de los neuroreceptores de los peces. Los niveles altos de dióxido de carbono cambian la concentración de iones (átomos y moléculas cargadas eléctricamente) en la sangre de los peces y ésta altera la forma en que los neuroreceptores trabajan, lo que perjudicaría los sentidos básicos como la vista y el olfato, vitales para el reconocimiento de los otros peces.
Estos resultados podrían tener graves consecuencias para los peces tropicales, cuyo hábitat ya está amenazada por el cambio climático, ya que cerca del 30% del dióxido de carbono emitido hacia la atmósfera por la actividad humana termina siendo absorbido por los océanos, lo que provoca que estos sean más ácidos.

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