Justo cuando la tecnología podría estar lista para enviar una misión tripulada a Marte, a partir de 2020, es justo cuando más peligroso podría ser. La razón está en la radiación que recibirían los astronautas, procedente de los rayos cósmicos, que pueden dañar los sistemas de una nave y, peor aún, el ADN y la salud de los astronautas. Que esa radiación sea mayor o menor depende de la actividad solar. Justo a partir de 2020 se calcula que el Sol entrará en un periodo mínimo de actividad, algo que aumentaría la radiación.
Científicos de la Universidad de New Hampshire, en EE.UU. han analizado los periodos de actividad solar y las lecturas de radiación medidas por la Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) de la NASA. Su conclusión: viajar a Marte, a la Luna o a un asteroide, como plantea la NASA, podría ser inviable a partir de 2020 y durante varios años debido al nivel de radiación que recibirían los astronautas.
Los rayos cósmicos procedentes del espacio exterior golpean el Sistema Solar, pero el campo magnético del Sol (y el propio de la Tierra) protegen de la radiación. Sin embargo, el campo magnético del Sol aumenta y disminuye en potencia más o menos en ciclos de 11 años. A menor intensidad del campo magnético, mayor radiación. El último periodo mínimo se produjo en 2006, pero fue anormalmente prolongado. Y el último periodo máximo fue también muy débil. Se espera que el actual ciclo solar llegue a un nuevo mínimo en 2020 (el último fue en 2006). Malas noticias para la exploración espacial.
“El comportamiento del Sol ha cambiado recientemente y está ahora mismo en un estado nunca observado antes en casi 100 años”, explica Nathan Schwadron, principal autor del estudio, publicado ahora en la revista científica Space Weather. “Aunque estas condiciones no son necesariamente un impedimento para una misión de larga duración a la Luna, un asteroide o Marte, la radiación cósmica en particular sigue siendo un factor importante, que empeora y limita la duración de las misiones”, explica en un comunicado.
Teniendo en cuenta estos cálculos, una mujer astronauta podría estar sometida a la radiación durante un máximo de 250 días antes de que los niveles comenzaran a ser perjudiciales para su salud. En el caso de un hombre (los niveles de radiación máxima soportados varían entre el hombre y la mujer) podría aguantar 350 días. Este tiempo sería solo suficiente para un viaje de ida y vuelta a Marte, pero no para aterrizar y permanecer en el planeta. El problema se podría reducir en parte reforzando las naves en su exterior, pero eso añadiría otros problemas en peso, combustible y coste.
De momento no hay una solución al problema y la NASA asegura estar estudiando los datos para buscar una. Ojalá la encuentren a tiempo para el 2020. De lo contrario el aterrizaje de la humanidad en Marte tendrá que esperar unos cuantos años más.
Vía New Scientist
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