Millones de personas en el mundo carecen de la energía necesaria para disponer de luz eléctrica. En Kenia, y el resto del continente africano, hay graves deficiencias al respecto. Aunque la energía está ahí, sencillamente no hay infraestructura para obtenerla. Solo Nigeria tiene suficiente petróleo para abastecer a toda África.
Pero la energía estrella del continente africano es la luz del sol, pues está situado en latitudes con altos niveles de insolación y desiertos infrautilizados, según Emem Andrews, empresario de energía de Silicon Valley.
Según la Cooperación Transmediterránea de Energías Renovables, una red internacional de científicos financiados por el Club de Roma, hay suficiente energía solar en un kilómetro cuadrado de desierto africano para producir el equivalente a 1,5 millones de barriles de petróleo o 300.000 toneladas de carbón.
El Centro Aeroespacial alemán estima que la energía solar de los desiertos del norte de África es suficiente para suministrar 40 veces la demanda actual de electricidad mundial. En definitiva, África tiene nueve veces el potencial solar de Europa.
Según Peter H. Diamandis, en su libro Abundancia:
“Cuando unimos esto a sus enorme reservas de viento, geotérmicas e hidroeléctricas, el continente tiene suficiente energía para cubrir sus propias necesidades y exportar el excedente a Europa. Quizá la mayor ventaja de África para explotar este vasto potencial de energías renovables esté en el hecho paradójico de que tiene una completa y total ausencia de infraestructuras energéticas”.
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