La NASA estudia si el deshielo marino en el Océano Ártico produce como contrapartida un aumento de la nubosidad y en qué medida puede afectar el aumento de temperaturas.
Para investigarlo, la NASA desarrolla una misión aérea sobre el Océano Ártico. Su nombre es ARISE, abreviatura de “Arctic Radiation-IceBridge Sea and Ice Experiment.”
Bill Smith, investigador principal del proyecto del Centro de Investigación Langley, explica los objetivos de la misión: “Tenemos razones para creer que la pérdida de hielo marino crea más nubes. Básicamente, queremos saber si eso es verdad y determinar los impactos”.
El hielo refleja la luz solar de vuelta al espacio. Si el hielo se derrite, la luz del sol ya no se refleja; se absorbe. La humedad liberada de la superficie del mar recalentada se eleva hasta formar nubes. Sí las nubes reflejan la luz del sol, también actúan como una manta, manteniendo el calor por debajo. La interacción entre las nubes y el hielo, el enfriamiento y el calentamiento, es compleja.
“Nuestro C-130 — el avión de la misión — está equipado con un complemento único de sensores”, dice Smith.
“Tenemos radiómetros apuntando hacia arriba y hacia abajo para medir la luz solar entrante y saliente; un termómetro de infrarrojos para medir la temperatura de la superficie del mar, un altímetro láser para medir la altura (y por tanto el espesor) de los hielos, y más.”
Los satélites en órbita terrestre hacen regularmente mediciones del Ártico, pero la región es grande y compleja, por lo que los datos pueden ser difíciles de interpretar. Mediante la comparación de las mediciones del C-130 con datos satelitales tomadas al mismo tiempo, Smith y sus colegas esperan poder añadir un poco de luz al problema.
Si el cambio climático continúa a buen ritmo, los veranos futuros podrían dejar un Océano Ártico sin hielo. ARISE podría decirnos algunas de las implicaciones antes que eso suceda.
Vía 20minutos.es