Profesor Rodrigo Suárez se adjudicó un proyecto de la Organización de Naciones Unidas y trabaja con 10 especies nativas para conocer su crecimiento en un ambiente de microgravedad simulada.
El profesor de la Academia de Ciencias Aeronáuticas (ACA), de la Universidad Técnica Federico Santa María, Rodrigo Suárez, está trabajando en un proyecto con Naciones Unidas que busca conocer el comportamiento de 10 especies vegetales durante su crecimiento en un ambiente de gravedad alterada.
Este proyecto se enmarca en la Iniciativa de Tecnología del Hombre en el Espacio, que incluye varias investigaciones, una de las cuales es ésta, llamada Zero Gravity Initiative Project, ZGIP. Quienes se adjudicaron el proyecto -entre ellos el profesor Suárez- recibieron una máquina llamada Clinostat, que permite hace girar constantemente una placa de Petri para alterar la forma en que las semillas perciben la gravedad terrestre.
Por cada una de las especies que participan del experimento, hay 3 placas de Petri, la primera contiene un grupo de semillas en situación normal y que sirve de referencia para el control de la velocidad y la dirección del crecimiento; un segundo grupo que, después de haber germinado e iniciado su desarrollo, se gira en 90° para evaluar si cambia su dirección o su velocidad de crecimiento; y un tercer grupo que, una vez germinado, se pone en el Clinostat girando constantemente e impidiendo a la semilla reconocer la dirección en que se encuentra realmente el campo gravitatorio.
“La idea es que una vez que la semilla se humedece y germina, generando inicialmente la raíz, los gránulos presentes en su punta, que normalmente por peso se van hacia abajo y definen hacia dónde debe crecer para encontrar el agua y los nutrientes, esta vez no saben hacia dónde está la gravedad y no pueden definir exactamente hacia dónde crecer la raíz y hacia dónde crecer el tallo para buscar la luz con sus hojas”, explicó Rodrigo Suárez, indicando que “conocer el comportamiento de cada especie en condiciones de gravedad alterada será fundamental al momento de seleccionar aquellas viables de ser producidas en las futuras “granjas espaciales”, en apoyo a la Exploración del Universo.
Las especies elegidas fueron tomate, lechuga, zanahoria, maíz, trigo, pimentón, quínoa, rabanitos, maqui y cebada.
El profesor de la ACA decidió ir más allá y agregar más experimentos, es así como duplicó la cantidad de placas con cada semilla para agregarles un promotor de crecimiento que fue desarrollado por el Grupo de Investigación de Suelos, Plantas, Agua y Ambiente (GISPA) de la USM. La idea entonces, es comparar cada uno de los comportamientos con y sin este promotor de crecimiento, que es orgánico, para ver si realmente ayuda, presentando los resultados a Naciones Unidas.
Actualmente el proyecto ZGIP se encuentra en fase de experimentación, en la que se trabaja con las placas de Petri y las semillas nativas, para luego pasar a la fase de análisis, que es la más larga.
El proyecto con la Oficina de Asuntos del Espacio Exterior de Naciones Unidas tiene una duración de dos años, y se espera entregar los resultados a la ONU durante 2015.