Camerata de Salzburgo: Tradición y proyección

Publicado por Equipo GV 5 Min de lectura

Por Jaime Torres Gómez

 

Salzburgo 1Si bien la temporada musical de Corpartes comenzó excepcionalmente en enero con la presentación de Placido Domingo con sendos conciertos en la magnífica sala del CA 660 más una masiva presentación en el Estadio Nacional, ahora en abril se dio inicio a la misma en su período habitual, esta vez con el debut de la prestigiosa Camerata de Salzburgo.

En la crítica a la presentación de Domingo se abordó el perfil de esta importante temporada, la que ha facilitado la venida de orquestas internacionales de buen nivel, aunque observando el decreciente protagonismo de las agrupaciones nacionales en dicho espacio, al punto que este año sólo se tiene un concierto confiado a la Sinfónica Nacional de Chile, más otros dos, fuera de abono, a la Sinfónica Nacional Juvenil… , situación que urge revertir, y retomar así la senda inicial de Corpartes por un mayor apoyo a lo nacional

De la orquesta visitante, conocida originalmente como Camerata Académica del Mozarteum de Salzburgo y luego Camerata Académica de Salzburgo, se trata de una legendaria agrupación con más de 60 años de trayectoria, y poseedora de una tradición de sonido muy bien custodiada, al igual que su coterránea Filarmónica de Viena, recientemente vista en Santiago. De hecho, su impronta sonora de alguna forma responde a una época donde aún la corriente historicista no estaba tan en boga como hoy, haciéndose eco de una tradición asociada a un sonido más propio del romanticismo y sus derivados, traducidos en afinaciones más altas (en rangos cercanos a 440 h/z) y vibratos de mayor espesor, amén de una atractiva calidez de texturas, propia de los ensembles austríacos. Sin embargo, ante el paso de varios directores post era del legendario Sandor Vegh (director entre 1978-1987), la Camerata ha experimentado mayor flexibilidad estilística, incluso trabajando en enfoques más historicistas (básicamente con Roger Norrington, 1987-2006), denotando equilibrada apertura hacia nuevos enfoques interpretativos.

Conducida por el ruso Gregori Ahss desde su atril de concertino, se ofreció un ecléctico programa con un binomio de emblemáticas obras mozartianas, como el Concierto para Clarinete y la Sinfonía N° 35 “Haffner”, más el Nocturno del Cuarteto para Cuerdas N° 2 (arreglo de Shane Woodborne) de Borodin y la Suite del ballet “Pulcinella” de Stravinsky, dándose rica diversidad estilística.

 

Salzburgo 2Abriendo con la pieza de Borodin-de romántica raigambre-,  se percibió desde un comienzo un excelente ajuste de ensemble, calibrado balance y magníficas transparencias. Luego, una notable versión del Concierto para Clarinete de Mozart con el excelente clarinetista Wolfgang Klinser, integrante de la orquesta (y a quien no se le consignó su currículum en el programa de mano…). De impactante desempeño, Klinser devela con autoridad la compleja trama interna de esta obra, compuesta poco antes de morir y de cautivantes claroscuros. De homogénea línea sonora e innegable belleza tímbrica, llamó la atención una galería de matices y acentos pocas veces advertidos, no perdiendo visión del todo. De encore, Klinser ofreció una profunda lectura de una estupenda adaptación de I Pini del Gianicolo(Los Pinos de Roma) de Respighi, de fuerte exigencia al clarinete solista.

 

La segunda parte se inició con una deslumbrante versión de la Suite de “Pulcinella”, de Stravinsky, obra de fuertes exigencias rítmicas y de gran virtuosismo para todos los instrumentos. Aunque no desmereciendo los resultados de las demás obras, Pulcinella constituyó lo más impactante de la jornada, tanto por su poca frecuencia local más sus cautivantes bondades compositivas e interpretativas. Con monolítico ajuste grupal y solístico, hubo grandes logros en fraseos, dinámicas y colores, como lúdicos diálogos y punzante rítmica.

Y como broche de oro, una atrapante versión de la Sinfonía N° 35 “Haffner” de Mozart, compendiando tradición y novedad estilística. Con una inteligente inclusión de trompetas de época dentro de un orgánico de sonoridad moderna, se brindó un especial colorido de conjunto, coadyuvando a refrescar una serie de detalles tímbricos poco apreciados en versiones convencionales. Con elocuencia de discurso, impresionó la claridad de voces y belleza de sonido, amén de una inteligente adopción de tempi conforme los requerimientos, asimismo excelentes transiciones y progresiones expresivas.

 

En suma, una presentación que dictó cátedra de una viva tradición en clave de una inteligente proyección…

 

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