Por Jaime Torres Gómez
La actual temporada lírica del Municipal de Santiago ha tenido un polémico desarrollo, al punto de constituir el peor avance del que se tenga recuerdo hacia la mitad de su programación anual por espacio de casi cuarenta años de permanente asistencia…
Con un desacertado comienzo de Don Giovanni (previamente comentado), le siguió el estreno mundial de El Cristo de Elqui y últimamente Tosca, dando cuenta de una calidad global decreciente y que urge revertir.
ARRIESGADO ESTRENO DE “EL CRISTO DE ELQUI”…
Ante todo, debe reconocerse el comprometido impulso brindado por estrenar una ópera de un compositor y libretista nacionales dentro del tradicional abono de seis títulos, lo que no se daba por décadas, al estrenarse fuera de temporada las últimas óperas chilenas, “Fulgor y Muerte de Joaquín Murieta” y “Viento Blanco”.
A priori, es plausible una promoción de esta naturaleza, aunque riesgoso cuando no se conoce la totalidad de la música y del libreto al momento de programarse, como fue el caso de El Cristo de Elqui… .
De hecho, en un escuálido abono de seis títulos más una preferencia generalizada del público abonado por títulos tradicionales, a la postre no hacen recomendable incurrir en ciertas aventuras, ni menos en momentos de dificultades económicas como las que atraviesa hoy el Municipal… , máxime que aún hay muchos títulos de repertorio tradicional no estrenados o ausentes por décadas en Chile…
Lo anterior no significa un desentendimiento de la creación nacional. Al contrario, es menester fomentarlo comprometida y permanentemente, aunque discurriendo su inserción en un ámbito debidamente focalizado, como por ejemplo en ciclos ad-hoc (festivales de música docta chilena) u otro ámbito específico.
En todo caso, el resultado fue en general satisfactorio, con un sólido trabajo compositivo de Miguel Farías, a pesar de la debilidad del libreto de Alberto Mayol, de discutible correlación música-texto más una sesgada hegemonía panfletaria burdamente tratada… .
De poliestilístico enfoque, Farías hilvana un atractivo discurso musical servido de una inteligencia de medios que en sí mismo posibilita una grata audición, especialmente en el tratamiento de timbres y colores instrumentales (magníficos los glissandi en los bronces), aunque no necesariamente homogéneo en todo el tratamiento vocal, donde a ratos el recurrente canto melismático se torna monocorde, perdiendo vigor interno. Con todo, sería oportuno extraer una suite orquestal de los momentos más relevantes, ante la bondad de sus recursos compositivos, ganando en organicidad…
De la producción en sí, sin mayor atractivo visual (soluciones escolares en general, y especialmente al comienzo del segundo acto, con una burda imagen del desierto). Tampoco hubo mayor aporte en la régie de Jorge Lavelli, no acertando con el debido physique du rol para el desvariado personaje del Cristo, y en general con alteraciones de contextos que no zanjaron idiomáticamente gran parte de las dimensiones de cada acción y personajes… (¿debilidad del libreto de Mallol…?).
Y por buen carril transitaron los resultados interpretativos, especialmente la comprometida dirección de Pedro Pablo Prudencio junto a una Filarmónica muy atenta y motivada, más excelentes cometidos de Patricio Sabaté (Cristo), Evelyn Ramírez (Reina Isabel), Yaritza Véliz (Magalena) y comprimarios.
MAMARRACHO DE TOSCA…
Frente a la oscilante curva de resultados de los dos primeros títulos, el tercero, con una deficiente producción de Tosca, giró en abrupta inflexión negativa… , ante una producción rayana al mamarracho, asimismo una convocatoria de cantantes despareja y en algunos casos con visos de escándalo (segundo elenco), más una impresentable dirección musical de Konstantin Chudovsky…
En este contexto, directa responsabilidad le cabe a la Dirección General del Municipal, junto a su Dirección de Casting, haber confiado una producción en sí misma fallida en su concepción, agravada con la privación de asignar algunos de los roles protagónicos a algún nacional en el segundo elenco, máxime al existir excelentes voces en Chile, al menos en los roles de Cavaradossi y Scarpia. Asimismo, inevitablemente, le es extendible tal responsabilidad al Directorio de la Corporación Cultural de Santiago al no reparar, en su momento, de tamaño daño al medio artístico nacional… , desentendiéndose de un debido compromiso pro desarrollo de los cantantes líricos nacionales, al no custodiar la observancia de darle su debido protagonismo en los segundos elencos, muchas veces con resultados superiores al promedio de los “repartos internacionales” …
Basada en la régie del alemán Willy Decker, y en reposición de Stefan Heinrichs, a priori, según lo anunciado, era sugerente el axioma de una mirada “minimalista” (o “maximalista”, en palabras del mismo Heinrichs…), esperándose una potente calidad escenográfica, luminotécnica y de vestuario, y ante todo una dirección escénica que hiciera gala de una debida hermenéutica.
Infelizmente, poco de ello se dio, contándose con una burda escenografía (tinglado revestido de negro y con mínimos elementos corpóreos) cuyo diseño no era el apropiado para disponer de un buen diseño de luces (el negro normalmente es ingrato para los haces lumínicos), asimismo el vestuario (de correcta factura) tampoco logró un debido efecto contrastante, tornándose el palco escénico de insufrible monocromatismo generalizado… En otro ámbito, ideas extemporáneas de la régie como el abuso omnipresente del retrato de María Magdalena hasta el segundo acto, como pseudo elemento catalizador (y detonante) de la trama… , que a la postre no dejó de ser sino una mera anécdota…
En lo musical, se dio la peor contribución de Konstantin Chudovsky en sus años de vinculación con el Municipal para una concertación de ópera…, con una rústica lectura, carencia de matices y nula comprensión de los idiomáticos timbres y colores generosamente provistos por Puccini… , más un notorio desbalance foso-voces. La respuesta de la Filarmónica, después de buenas presentaciones con otros maestros, no ostentó el nivel presenciado desde comienzo de temporada, acusando en esta oportunidad problemas de ensamble general (en especial los actos segundo y tercero), lo que demanda un replanteo del trabajo de Chudovsky como director titular… . De hecho, su dirección de Madama Butterfly, hace tres temporadas, dio cuenta de poco idiomatismo… , confirmándose ahora en Tosca que no le es afín el lenguaje pucciniano. Por mejor camino, en lo musical, anduvo Pedro Pablo Prudencio en el segundo elenco, a pesar de no haber corregido el grueso del rendimiento estructural de la orquesta…
Del reparto, lo más rescatable fue una funcional Tosca de Melody Moore, a pesar de cierta incomodidad en los graves. Por su lado, Leonardo Caimi con notorios problemas de passagio más problemas en la tesitura alta (que felizmente no fue problema para una correcta entrega en E lucevan stelle …). Y Elchin Azizov, de interesante material (bien en el Te Deum), empero acusó una variable entrega, perdiendo presencia en el demandante segundo acto, quizás por su inmadurez en el rol.
Y del segundo elenco, por misericordia… , no se nombra al trío protagónico venido desde los Urales … , por la deficiencia de sus resultados (salvo el tenor), validando el reclamo en justipreciar un lógico protagonismo de cantantes de la plaza por asumir tales roles… , a sabiendas que existían suficientes voces mejor calificadas que las visitantes…
En suma, algunos aciertos y demasiados desaciertos… , esperándose mejor ventura en los próximos tres títulos de esta polémica temporada lírica del Municipal.
Sigo con frecuencia e interes los comentarios de Jaime Torres. En general tiene la tendencia, muy agradecida, de ser positivo y destacar lo bueno de cada preentacion que cae entre sus manos… Obviamente que dice lo malo como corresponde a un buen critico como lo es Jaime Torres. Sin embargo, ahora me encuentro con un comentario que desde el inicio es negativo en muchos aspectos de la teporada lirica… Lo que me hace pensar… Debe de ser realmente mala!!! A la distancia, le deseo al teatro municipal que logre superar lo malo que ha sufrido en los ultimos tiempos y vuelva a la posicion que merece…
No se puede tomar en serio una columna tan mal escrita, sin idea alguna del uso de ilativos. ¿De verdad es necesario usar los puntos suspensivos todo el tiempo? Cuando llegué a la parte que escribe “Mallol” con doble L, fue el momento te terminar la lectura.
Por mi parte creo que la temporada del Municipal -y la gestión de su director Chambert- ha sido notable, dando un giro (con los riesgos que ello implica) para conectar con un público más masivo.
Por qué no venden el teatro de una vez.