Destacado arquitecto peruano visita la USM

Publicado por Equipo GV 4 Min de lectura

Luis Longhi, ganador del Hexágono de Oro, dio inicio al ciclo de Talleres Avanzados del Departamento de Arquitectura, revisando la actual línea de trabajo que sigue su carrera.

IMG_4273Peruanidad y misticismo son dos elementos clave que definen el trabajo del destacado arquitecto peruano Luis Longhi, y sobre los cuales se refirió en su última visita a la Universidad Técnica Federico Santa María, en el marco de los Talleres Avanzados que imparte el Departamento de Arquitectura durante todo el primer semestre.

Sobre cómo aborda su trabajo en la actualidad, el creador de la premiada obra Casa Pachacámac, destacó que se centra en cuestiones místicas. “El misticismo que llevo en mi vida lo reflejo también en mi trabajo y tiene que ver con creer en elementos como la magia, algo muy presente en la cultura precolombina y que yo traslado hacia la arquitectura”.

“Como latinoamericanos sufrimos un proceso de colonización sumamente fuerte y cuyas consecuencias se extienden hasta hoy. Por ello, a través de mi trabajo, trato de hacer una especie de terapia social, que permita, sobre todo a mis alumnos, recuperar esa magia y rescatar nuestra herencia cultural”, agregó el también ganador del Hexágono de Oro, máximo galardón de la XIV Bienal de Arquitectura Peruana.

En base a lo anterior, subrayó también que su trabajo se centra hoy en la identidad, tema que además le ha permitido dictar diversas conferencias en todo el mundo. “Antes de ser arquitectos, tenemos que ser nosotros mismos y respetar nuestras raíces. Durante mucho tiempo, el origen indígena fue escondido y nuestra sociedad, sobre todo la peruana, nos enseñó a que era algo malo. Por ello, a través de mi trabajo, abordo el tema de la identidad, cómo recuperarla y como ayudar a los estudiantes a ser ellos mismos. Por eso, los primeros talleres son un proceso constante de encontrarse consigo mismo”.

Rescatar la herencia cultural   

Sobre el rescate de la herencia cultural, Longhi comentó que en su país la tendencia es totalmente opuesta. “En Perú soy el pionero en esta línea y afortunadamente tengo una alta aceptación en los estudiantes de Arquitectura, quienes se entusiasman al saber que existe esta opción. A mí me gusta calificar mi trabajo como arquitectura rebelde, pero me han aconsejado que no lo haga, que hable más bien de honrar a la cultura; honrando cada cosa que hacemos, como lo hacían los Incas; respetando los ciclos o la tradición y aceptando lo nuevo pero con identidad”.

Por ello, destacó el arquitecto, “a la hora de mantener el patrimonio es clave identificarse y encontrar la propia identidad. Uno debe respetar su entorno, lo que siente como propio, pero también se debe aceptar que se es parte del mundo, y que se puede cambiar pero de una manera controlada. Es posible aceptar la modernidad en un determinado lugar, siempre y cuando se respete la identidad de sus habitantes”.

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