Don Giovanni: inquietante comienzo de temporada lírica

Publicado por Equipo GV 6 Min de lectura

Por Jaime Torres Gómez

 

Don Giovanni-2Como parte de la trilogía Mozart – Da Ponte que el Municipal de Santiago ha programado a lo largo de tres temporadas, en esta oportunidad se ofreció Don Giovanni, dando inició a la temporada lírica del presente año.

Con la misma discutible puesta del año pasado de Las Bodas de Figaro -y luego en 2019 para Cosi fan Tutte- firmada por el régisseur  francés Pierre Constant,  más la escenografía del franco-argentino Roberto Platé, vestuario de Jacques Schmidt y Emmanuel Peduzzi, e iluminación de Jacques Rouveyrollis y Christophe Naillet, dieron nuevamente cuenta de una producción estática en su dinámica escenográfica, aunque renovada en puntuales nuevos elementos como la “acrobática” escena de la muerte de Don Giovanni… , contrastando en algo a la aplastante estructura fija a lo largo de sus tres horas de duración…

Tal como se mencionara en la crítica a Bodas de Figaro, se continuó con una acertada idea de situar la escena en un contexto de “teatro dentro del teatro” (cortina interior descubierta al comenzar la acción). Por otro lado, nuevamente hubo insuficiente cantidad de elementos corpóreos que enriquecieran mejor la propuesta, dándose una suerte de divagatoria abstracción… Asimismo, soluciones lumínicas escolares que no enriquecieron adecuadamente el contexto dramático, aun cuando se dispusiera de un vestuario de aceptable factura.

Puntualmente el trabajo de Constant, a diferencia de Bodas… , donde hubo ingeniosas soluciones teatrales, certera agilidad y ante todo congruencia, ahora en Don Giovanni hubo un abuso de licencias discurridas hacia un efectismo extemporáneo por sobre una debida hermenéutica de la trama… Por ejemplo, haber abordado la cena final en clave de “picnic” más nula alusión al cementerio, irreverencias al umbral de lo vulgar por sobre un debido sentido lúdico, grosera caracterización de Don Giovanni y en general fragmentaria visión del todo, dieron cuenta de una sinuosa ilación de relato, amén de una clara hegemonía de lo “jocoso” por sobre lo “dramático”, en detrimento del debido (y genial) balance – dramma-giocoso – plasmado por Da Ponte

En lo musical, si bien la dirección históricamente informada de Attilio Cremonesi tuvo mejores resultados que en Bodas… , aún no convence cierto énfasis en acentos y arbitrarias resoluciones de dinámica que a la postre no favorecieron un debido sentido del contraste, traduciéndose en cierta monocordeidad en el perfil de los personajes, y fagocitando idiomática expresividad… . Por otro lado -felizmente-, su trabajo con la Filarmónica fue extraordinario en cuanto a empaste sonoro y precisión de ensamble, no obstante marcaciones rígidas que no facilitaron debida comodidad de fraseo a los cantantes, aunque en menor grado que el año anterior.

De radical distinto enfoque (más tradicional), en el segundo elenco Pedro Pablo Prudencio -magnífica batuta nacional- logró subsanar varias de las falencias percibidas en el maestro Cremonesi, dando debida coherencia global y mayor nitidez de perfil a los personajes.

En los dos elencos, salvo puntuales excepciones, no se contó con voces importantes, apostándose por jóvenes cantantes aún con camino por recorrer. No convencieron como Don GiovanniLevent Bakirci y Daniel Miroslaw, ambos aún con precaria presencia global para el rol. Asimismo, fuera de estilo, Michelle Bradley en Doña Anna, al tratarse de una soprano propiamente spinto, de ampuloso caudal y no perfilada para óperas mozartianas. Muy superior, en realidad magistral, Oksana Sekerina, del segundo elenco, quien brindó la justeza ideal para el rol. Sólidas Paulina González y Pamela Flores como Doña Elvira. De buen material vocal aunque muy rígido escénicamente Joel Prieto en Don Octavio, como en general sólido Santiago Burgi en el mismo rol. Excelentes Edwin Crossley-Mercer y Sergio Gallardo como Leoporello. Muy bien Marcela González,y en especial Yaritza Véliz, como Zerlina. Y de importante material Soloman Howard como El Comendador.        

En suma, tras este polémico Don Giovanni, definitivamente no partió bien la actual temporada lírica del Municipal, con una producción que se sabía de sus falencias en su macro estructura, conforme lo visto el año anterior en Bodas de Fígaro, y ahora rematada con insalvables desaciertos en la dirección escénica de Pierre Constant… , no obstante ciertos logros musicales. Sólo esperar que los futuros títulos puedan revertir esta inquietante calidad inaugural…

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