Temporada lírica a cuidados intensivos

Publicado por Equipo GV 5 Min de lectura

Por Jaime Torres Gómez

Municipal SantiagoLa llegada de Frédéric Chambert  a la Dirección General del Teatro Municipal de Santiago, hace tres años, no ha dejado indiferente al medio artístico y público nacional.

El sólo hecho -inédito- de la llegada de un extranjero a la Dirección General de una factoría artística como el Municipal constituía toda una incógnita, conforme los referentes no sólo en Chile sino en Latinoamérica, al ser usual asignar a nacionales dicha función. Distinto es el caso de los directoresde cuerpos artísticos como orquestas, coros y compañías de ballet, donde es habitual lo contrario…

En rigor, la presente temporada es la segunda de completa responsabilidad de Chambert, ya que Andrés Rodríguez, antes de finalizar su larga gestión, dejó armada la mayor parte de la temporada del primer año del profesional francés.

De esta forma, los lineamientos de Chambert, plasmados en su integridad a lo largo de estos dos años, han discurrido en innegables aciertos y desaciertos. De los primeros, han sido interesantes sus propuestas programáticas en el ámbito de conciertos, con mayor difusión de la música contemporánea y en general nuevos repertorios, además del fomento a la música chilena (Concurso de Composición), asimismo la creación de un acertado Ciclo de Guitarra Clásica, y la invitación a buenas figuras del ámbito solístico-instrumental y directores.

Sin embargo, considerando el producto principal del Municipal cual es la producción de óperas, el enfoque de Chambert, si bien dispone de premisas interesantes en lo conceptual -de fuerte énfasis en lo teatral-, a la postre la concreción de las mismas, y no haciendo gala a los referentes previos en Chile en este ámbito, de alguna forma ha devenido a una baja en la calidad promedio de las producciones, con apuestas erróneamente despojadas, confundiendo cierto tipo de minimalismo (esencialidad) con pobreza de recursos, amén de una mala elección general de cantantes, directores de escena y escenógrafos…

Evidencia de lo anterior, entre varios, se puede citar la Trilogía Mozart-Da Ponte, a cargo principalmente de un equipo galo, en su momento comentada (faltando Così fan Tutte, prevista para el próximo año), lo mismo el Rigoletto del año pasado y en parte la producción de Jenufa, también abordadas en sendas críticas. Lo mismo en la reciente Tosca, quizás de lo peor visto en el Municipal en casi cuarenta años…).  Asimismo, inexcusable haber convocado para el rol de Aida a la rumana Cellia Costea, tras un pésimo cometido previo en Santuzza (Cavalleria Rusticana)…  , y haber confiado algunos títulos no afines a las capacidades de Konstantin Chudovsky, titular de la Filarmónica  hace seis temporadas…

Pero el más inexcusable error ha sido la cuasi prescindencia de los cantantes nacionales en el ámbito que les es más preciado, como su protagonismo en los segundos elencos (resultante del visionario ciclo “Encuentro con la Ópera” en los años ochenta, concebido sólo para nacionales, o bien esporádicamente para extranjeros, en caso de no contar con las voces en el país)… . Esta situación se ha manifestado críticamente en la presente temporada justo en dos títulos (Tosca y Norma, e incluso algo en Don Giovanni) donde sí era posible contar con nacionales que podían servir en equivalentes y superiores condiciones respecto a quienes se convocaron. Y por cierto, esta situación no es congruente al rol esperable de la actual Ópera Nacional de Chile, como hoy se le conoce al Teatro Municipal de Santiago… , cuya labor formativa e impulso a los artistas nacionales le es inherente… .

En suma, frente a los magros avances de las últimas dos temporadas líricas del Municipal de Santiago diseñadas por Frédéric Chambert, urge replantear elementos sustantivos de los criterios impulsados en la concepción de las producciones, en aras de una pronta recuperación del nivel de excelencia promedio exhibido en décadas por el decano coliseo artístico… , situación devenida a un inevitable estado de “cuidados intensivos”…

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2 Comments
  • Lo mejor es que dejen de perder recursos en óperas a las que tan poca gente tiene acceso y destinen esos recursos al de sarrollo de la cultura y fomento a la lectura, sobre todo si más encima el resultado es tan mediocre

  • Muy buen artículo, sería bueno que de una u otra forma saquen a ese director.
    Está convirtiendo la ópera en un circo y de mal gusto. La gente no puede estar llendo solo para medir con lupa cuán malo será…eso se observa ahora.

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