Por Jaime Torres Gómez
Si bien la realización de los últimos conciertos de abono de la Sinfónica Nacional de Chile y Filarmónica de Santiago se ofrecieron poco antes del actual estado de agitación social del país, no ha sido posible hacer una oportuna crítica a los mismos ante la poca concentración (y espíritu…) para su debida aquilatación.
ADVERSO CONTEXTO Y CANCELACIONES
En este contexto, insoslayable aludir a la des-priorización de la actividad artística frente al coyuntural y traumático foco de atención del país, derivado en lamentables cancelaciones de casi todas las presentaciones de música docta, como del ámbito popular.
Es el caso de las cancelaciones de importantes conciertos en Corpartes con la famosa mezzo Joyce Di Donato con la Orquesta Il Pomo D´Oro, como John Eliot Gardiner junto al English Baroque Soloists y el Coro Monteverdi. En el caso de la Fundación Beethoven, con dos relevantes cancelaciones como el Sitkovetsky Piano Trio y la Orquesta Sinfónica de la Radio y T.V. Eslovena. Se agrega también la irreparable cancelación del legendario Jordi Savall, como además la deslumbrante violinista Anne Sophie Muter en el Teatro del Lago de Frutillar, asimismo otras lamentables cancelaciones de importantes conciertos de la Sinfónica Nacional Juvenil junto a Paolo Bortolameolli y Maximiano Valdés, más un desafiante programa de la Filarmónica de Santiago con Pedro-Pablo Prudencio en la majestuosa Sinfonía Alpina de Richard Strauss… Además, muchos otros casos como un esperado concierto de la Orquesta de Cámara de Chile con Mika Eichenholz. Asimismo, cancelaciones de las óperas Tosca en Temuco y Don Giovanni en Talca, añadiéndose la cancelación del tradicional Festival de Música Contemporánea de la Universidad Católica de Santiago más conciertos de orquestas regionales. Y por último, una muy sentida cancelación del prestigioso Concurso Internacional Dr. Sigall de Viña del Mar (este año en Piano), luego de 46 años de ininterrumpida realización, obligando a desfasar en un año prácticamente todas las demás menciones…
Así, no se prevé un término del ciento por ciento de lo agendado en las temporadas musicales del país, amén de una clara incertidumbre para el 2020. A la vez, inquieta lo que sucederá con la Sinfónica Nacional y todas las actividades del Municipal de Santiago ante el emplazamiento de sus respectivas sedes, siendo aún más sensible el caso de la Sinfónica al estar en plena Plaza Italia el Teatro de la Universidad de Chile, lo que demanda evaluar lugares alternativos en el corto y mediano plazo respecto la realización de su temporada oficial.
ÚLTIMAS PRESENTACIONES DE LA SINFÓNICA Y FILARMÓNICA
Sobre las últimas presentaciones de la Sinfónica y Filarmónica (antes del conflicto), felizmente fue posible estar presente, ofreciéndose una visión sumaria de sus respectivos resultados.
SINFÓNICA EN PROGRAMA RUSO
Producto de la itinerancia hacia diversos espacios al no contar con el Teatro de la Universidad de Chile debido a intervenciones constructivas, el último programa de abono de la Sinfónica Nacional se realizó en el Teatro de Carabineros.
Nuevamente dirigido por el norteamericano Garrett Keast, a diferencia de la semana anterior (en la misma sala), el rendimiento general se percibió menos concentrado y de menor jerarquía artística. De hecho, la mayoría de las obras consideradas quizás eran más propias de conciertos de extensión que de abono, máxime ante la contundencia del programa previo.
Se contó con una esperada participación de la pianista rusaEleonora Karpukhova (ganadora del Concurso Sigall de Viña del Mar en 2002 y asidua visitante al país) en el Concierto Nº 2 de Rachmaninoff. No obstante un calibrado idiomatismo, lamentablemente las condiciones del piano disponible no facilitaron una fluida exposición, seguridad de digitación, afinación y proyección sonora, amén de un acompañamiento grueso que no proveyó debido balance a la musical solista.
La segunda parte, con un Festival Tchaikovsky, contempló una interesante compaginación de la Suite del ballet Cascanueces y la Obertura 1812, obras un tanto extemporáneas respecto al perfil de un concierto de abono, no habiéndose aprovechado la oportunidad de contemplar otras obras del mismo Tchaikovsky largamente ausentes (como la Primera Sinfonía, la Suite N° 3, Hamlet, La Tempestad, etc.).
El trabajo de Garret Keast tuvo mayor fortaleza interpretativa en un certero e idiomático enfoque del Cascanueces por encima de la 1812, esta última de expresivo enfoque no obstante una incoherente adopción de tempi (con arbitrarios cambios) que no brindaron unidad interna.
FILARMÓNICA Y SÓLIDO DEBUT DE HELMUTH REICHEL SILVA
El último concierto de abono de la Filarmónica que se alcanzó a hacer – originalmente confiado a Konstantin Chudovsky, quien terminó alejándose por completo de su titularato…- estuvo dirigido por el ascendente director chileno residente en Alemania Helmuth Reichel Silva, constituyendo su debut frente a esta agrupación.
Con obras de variopinto carácter y de inteligentes contrastes, contempló una coherente versión de los emblemáticos ”Tres Aires Chilenos” del compositor nacional Enrique Soro, obteniéndose completo ajuste.
Posteriormente, una “escandalosa” versión del Primer Concierto para Piano de Brahms. Si bien la dirección de Reichel Silva proveyó una irrefutable musicalidad global, como contrapartida el concepto del pianista finés Olli Mustonen distó de todo espíritu brahmsiano, con alarmante bipolaridad y/o trastornos de carácter (arbitrarios cambios de tempi, neuróticos ataques y completa descontextualización discursiva). Asimismo, asperezas de toque, notas falsas y reprobable calidad de sonido, constituyendo, en definitiva, un verdadero “pianicidio”…
Y como última obra, una extraordinaria versión de las cautivantes Danzas Sinfónicas de Rachmaninoff, obra de completa madurez compuesta tres años antes de morir. Esporádicamente es ofrecida en Chile, siendo al parecer un estreno en la Filarmónica. La versión de Reichel Silva acertó en irredargüible idiomatismo y con una asimilada visión analítica. Grandes logros en fraseos, dinámicas, acentos y transparencias, discurriendo el flujo armónico con apabullante naturalidad y refinamiento. Un inapelable triunfo artístico…
En suma, dos presentaciones finales de las principales orquestas ex-ante la presente convulsión social en Chile, que reflejaron, a la sazón, la normalidad de la vida musical del país, con el contrapunto de constituir: ¿los últimos conciertos ante un indeterminado horizonte de inactividad musical sistemática?…