Por Jaime Veas
Decano de la Facultad de Educación, U.Central
El nuevo proyecto de ley del Gobierno en relación a la admisión escolar es un retroceso tremendo. Nuevamente se instala la lógica de la segregación en educación, que busca separar los más talentosos a un lado y los menos talentosos al otro.
El problema de fondo de esta iniciativa es que es apresurada y no toma en cuenta los datos e información existente. Por ejemplo, los colegios emblemáticos en regiones ocupan en un 60% el sistema de selección escolar, sin una prueba de selección y las conclusiones han sido muy positivas. Además, según fuentes del propio MINEDUC, en la tercera etapa de implementación del sistema de un total de 274.990 postulantes, un 82% quedó en una de sus preferencias y el 59,2% en su primera preferencia.
Las evidencias demuestran que las familias no eligen establecimientos educacionales a ciegas, escogen un colegio de forma informada y con argumentos claros, un reciente estudio del Centro de Justicia Educacional (2018), sobre el Sistema de Admisión Escolar (SAE), concluye que hay tres mejoras introducidas por el SAE: i) se aumentó la información disponible para la familias; ii) se disminuyeron costos y las complejidades del proceso de búsqueda de un establecimiento educacional; y iii) la admisión opera bajo criterios de equidad.
En un establecimiento educacional deben convivir personas de distinto origen cultural y socieconómico, la escuela y el liceo son dos poderosas instituciones para cumplir con el imperativo de la convivencia de todos y todas con todos y todas, de lo contrario vamos a construir dos países.
Este nuevo proyecto del Gobierno tiene por objetivo trastocar todo el apartado de inclusión que se impulsó antes. Por eso la invitación debería ser a que las autoridades realicen estudios que les entreguen argumentos sólidos antes de realizar modificaciones apresuradas que pongan en riesgo el futuro de nuestras nuevas generaciones y la cohesión de un país que se hace cada día más diverso.