Autoridades, explicaciones vanas y tareas pendientes

Publicado por Equipo GV 7 Min de lectura

60 años no es nada

 

Por Jaime Sierra Bosch

 

JaimeSierra El alcalde Alcibíades, de la Pérgola de la Flores, (obra de Isidora Aguirre), se jactaba de decir que a todos les decía que sí, pero que cuando estaba solo hacía lo que le convenía a él.

 

El 30 de junio, el alcalde de Talca, Sr. Juan Carlos Díaz, fue entrevistado en por radio Cooperativa, y consultado porqué estos problemas de desborde de canales, inundaciones, etc., en la comuna que preside, todavía de existen, si se viene hablando de ellos desde hace 60 años, (estoy repitiendo las palabra del entrevistador, no conozco la realidad particular)

 

El alcalde respondió con argumentos supuestamente técnicos, que en realidad ya son más históricos que técnicos, y estos son que la cantidad de agua caída superó las expectativas, que debido a la pendiente el problema se agudizó… (dicho por él con otras palabras). Y culminó con “Y esta es una situación de excepción …”. – Yo creo que si alguien hubiera dado esa explicación en la NASA, si alguien en esa administración hubiera dicho “miren, lo que pasa es que el cohete se cayó porque la altura a la que llegó fue más que la esperada, los estanques de combustible no dan el ancho para esa altura… Además, se presentó viento…”, habría sido “desvinculado” el mismo día. De hecho, no habría llegado jamás a un cargo de jerarquía. Antes, lo habría traicionado su propio bajo nivel. Y si hubiera llegado a un cargo alto, como director por ejemplo, nadie estaría hablando de la NASA, porque esta habría desaparecido del mapa de la aeronáutica, o al menos, perdido el liderazgo.

 

Para el representante local del pueblo, lo sufrido por la gente que representa, inundaciones, anegamientos, desbordes, pérdidas materiales, aumento de la vulnerabilidad ante enfermedades, carencia de ayuda, y quien sabe cuán larga lista de otros problemas acarreados por l falta de previsión y gestión, se trató de una combinación de expectativas y de colección de aguas, y que esto es excepcional. Y en parte no se equivoca, y por eso lo dice, empleando para ello un típico “por si pasa colao”. (Nota 1) Pero no, el tema no es el diagnóstico, ese está y debería estar actualizado. El problema es otro, y ese sí es una combinación de causas, o mejor dicho una acumulación de causas, que cada vez es más política e histórica que técnica, y que desde hace 60 años, (el alcalde no desmintió el dato), se viene acumulando, porque siempre se dice lo mismo. Y luego, como ocurre sólo una vez al año, se le quita el carácter de “cíclico” y se le cambia por “excepcional”. Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. 2 Un truco. Un truquillo lingüístico, pobre, antiguo, pero efectivo. Y con eso, el personero se asegura tener la razón.

 

¡Eso es ser político! Y a la antigua, al más puro estilo republicano y parlamentario. No hay más gestión al respecto que paliar los efectos cada vez. Al final es una cuestión de estadísticas, de cohesión social, de información y de memoria. Las estadísticas dicen que la ocurrencia y el impacto de estos sucesos son aislados, si los comparamos con otros del mismo tipo. Pero se oculta qué, dónde vive el alcalde, o algún ministro, no existen tales problemas porque fueron solucionados hace tiempo, a pesar de que su impacto era aún menor que el presente. Con respecto a la cohesión social, se cuenta con que esta no es gravitante, porque se ha institucionalizado una cultura del sálvese quien pueda, y que si tienes problemas por algo será, y que si yo no los tengo es porque merezco un mejor nivel de vida. Hablando de la información, sabemos que la gente no se informa mucho, y que si lo hace, no entiende lo que lee, significativamente. Y como efecto, cree lo anterior y también creen que son los únicos afectados, e ignoran que hubo otros que también padecen lo mismo, en otros lugares, lo que a su vez redunda en la falta de cohesión social. Y en cuanto a la memoria, sólo queda un quiste de rencor, porque para la primavera, ya se habré olvidado los aciagos momentos, y para el verano, bueno… nadie se acuerda de que existe el invierno. Y es tan difícil que todo esto vuelva a ocurrir…

 

Finalmente, no se enfrenta el problema. Se le menciona, se le adorna, se le condiciona, se hacen los saludos a la bandera y luego se la hace el quite y se archiva. Y por lo tanto, no se le da una solución, no se produce una solución, ni menos que esta sea sistémica. Sabemos que este volverá a ocurrir. Tal como desde hace 60 años. Tal vez una buena forma de enfrentar la problemática de la creciente y esperable cesantía sea planificar una solución localizada, integral y sistemática, y llevarla a cabo según un programa inteligente y eficiente, en un plazo mínimo, y mostrar un liderazgo inesperado en el desarrollo social basado en la solución de los problemas recurrentes.

 

Así que nadie se confunda ni confunda a los demás, el problema no es diagnosticar, si no que solucionar. Y lo es aparentemente desde hace 60 años. Y esto no corre sólo para este alcalde, que sea este u otro es periférico, esto corre para todas las autoridades electas o designadas, que se dedican más al verbo mal utilizado que a la acción bien canalizada. Y también para la actitud de la ciudadanía.

 

 

Nota 1: “Por si pasa colao” es una actitud muy típica en Chile, e imagino que en otros lugares también. Es como los trucos callejeros de los 3 gorritos, de pepito paga doble, etcétera, timos rápidos, en beneficio propio y sin mayor culpa que se hacen por si pasan inadvertidos.

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