‘Bots’ del nacionalismo pinochetista al rescate del gobierno

Publicado por Equipo GV 11 Min de lectura

Gobernar por decreto y participar en las redes sociales a través de usuarios fantasmas con los que se que pretende estructurar una falsa comunidad. Es la realidad del gobierno actual y de sus más fervientes sostenedores, los ultra nacionalistas.

Por Arturo Alejandro Muñoz
Columnista Granvalparaiso

botsLa parafernalia con que la administración actual reviste sus actos es insuficiente para tapar la realidad que la ahoga. El gobierno es una aeronave que no ha podido despegar. Continúa en la pista emitiendo mucho ruido, pero aún no arranca. Los errores se suceden y cada uno de ellos alimenta la bodega de torpezas e inconsecuencias que van delineando un perfil inesperado, el que comienza a preocupar seriamente a muchos de sus seguidores.

A don Sebastián nada le ha resultado como deseaba. Sus tropiezos alcanzan ya la línea de la estulticia, aunque hay algunos derechistas que en esta segunda administración piñerista están prefiriendo hablar de “fracasos” más que de “problemas”. Nada de lo hecho por el ejecutivo en los primeros seis meses encontró buen puerto en la opinión pública mayoritaria. Nepotismo, paraísos fiscales, perdonazos a grandes empresas deudoras de impuestos, comando ‘Jungla’, estatuto laboral juvenil, sueldo mínimo, reforma tributaria, nuevo CAE, declaraciones torpes de ministros bolicheros y autoridades boquiflojas, aumento de la delincuencia, etc., etc., han ayudado a engrasar el tobogán por el cual se desliza el gobierno.

Entonces, el presidente cree poder revertir la delicada situación mediante el uso y abuso de su propia imagen, soslayando -tal vez producto de un exceso de ego- que ella también está severamente deteriorada. Pero, una y otra vez insiste en ese hecho. Vea usted…

Pareciera que ahora le bajaron los delirios de “rock star”, pues cree poder competir con la fama y locuras de ciertos cantantes y grupos de música popular invitando a sus ‘fans’ a tomar tecito con él. Hacer el ridículo y caer en el populismo extremo no son cuestiones que le otorguen perfiles de estadista, ni mucho menos. Pero, el tipo es duro de cuero y  porfiado de mollera… no escucha las voces de quienes le sugieren calma, tiza y seriedad. Prefiere avanzar a como dé lugar, sin importar los costos (suyos y del país).

En esos devaneos, con su silencio, ha aceptado que sus asesores ordenen una acción definitivamente deleznable, propia de delincuentes, cual ha sido retirar algunas placas conmemorativas de trabajos comunitarios y nacionales realizados por el gobierno de Michelle Bachelet, y cambiarlas por  otras que señalan, en un acto de piratería inaceptable, que han sido realizadas –en sólo seis meses de gobierno- por la administración que él encabeza.

Es producto de la desesperación, pues en La Moneda ya barruntan que el apoyo real de la ciudadanía con dificultad logra mantener la cifra de votos obtenida por  el mandatario en diciembre de 2017 y enero 2018, fechas en las que contó con la aprobación de tan sólo el 26% del total de los votantes,  y tampoco logró mayorías en el Parlamento; además, el 50% del padrón electoral se abstuvo de sufragar.

Por ello, pasada la euforia de los primeros meses, en el palacio de gobierno comienza a convertirse en pesado fardo esto de ser una minoría real, lo que por cierto impide que las propuestas del ejecutivo alcancen concreción, y con ello se abran caminos para que los opositores entraben intenciones presidenciales destinadas a vaciar más capitalismo en esa olla sin fondo que es el neoliberalismo salvaje.

Esas mentadas intenciones –según afirma el diputado Hugo Gutiérrez en su cuenta de tuiter- no son otras que gobernar para el 0.1% del segmento más rico de la población, aquel que concentra el 19,5% del ingreso y recibe como promedio más de cien millones pesos mensuales individualmente. Junto a lo anterior, y es un hecho indiscutible, Sebastián Piñera favorece hasta el hartazgo a ese mismo segmento mediante la (Contra)Reforma Tributaria, el Estatuto Laboral Juvenil y un Sueldo Mínimo que está bajo la línea de la pobreza.

Sabedor de que no cuenta con mayoría en el Congreso y que casi la totalidad de los colegios profesionales y federaciones sindicales y estudiantiles le son adversas, el presidente optó por gobernar vía decreto… pero ello, en un sistema supuestamente democrático institucional es tan peligroso como encender un fósforo para saber si hay escape de gas.

Sin embargo, las debilidades manifiestas de una oposición que ha perdido el rumbo y que enarbola la desunión como principal característica, ha sido a no dudar el mejor salvavidas recibido por el gobierno en la crisis que le asfixia. En estos avatares, el Frente Amplio (FA) lleva las banderas que antes, en la administración Bachelet, portaba la democracia cristiana. La muchachada de este novel referente ha mostrado un rumbo errático, creyendo que su arribo al escenario de la política chilena es similar al descubrimiento de la pólvora y del hilo negro, todo ello, además, ataviado de una soberbia academicista-sindicalista que huele más a centro de alumnos universitario que a partido político en serio.

Con tantas facilidades, era un hecho cierto que los sectores nacionalistas y extremistas del conservadurismo  iban a salir en bandada y con total desparpajo a hacer de las suyas, políticamente. Avalados por el beneplácito que se desglosa del silencio presidencial, se han permitido pontificar públicamente a favor del armamentismo ciudadano, amén de realizar ataques (verbales) a una parte de la inmigración, cayendo claramente en actitudes xenófobas e incluso racistas, y manifestando también su decisión de luchar contra la libertad de opinión y pensamiento de quienes no comulgan con sus ideas ultra nacionalistas. Son verdaderos talibanes del catolicismo medieval, enemigos a ultranza de la libertad de las mujeres para administrar sus cuerpos y,  en calidad de fundamentalistas, adversarios in extremis  de la diversidad sexual.

En las últimas semanas, usuarios de las redes sociales han sido testigos (y víctimas también) de una arremetida de quienes salieron en desbocado tropel  invadiendo esas redes con decenas de ‘bots’, o usuarios fantasmas, con los que se que pretende estructurar una falsa comunidad, inundando cuentas (en twitter especialmente) en un desesperado intento por desmentir –a través de la provocación y el insulto- lo que muchos cibernautas publican y opinan.

El asunto de fondo es que el gobierno no avanza, se entrampó en su pasado vocinglero de campaña. El presidente es mal recibido casi doquiera que vaya. Recién, nada más, hubo de escapar poniendo pies en polvorosa en su visita a Quintero, ya que los vecinos le gritaron de todo, desde insultos variopintos hasta injurias, como aquella de tildarlo a viva voz de ‘asesino’. El mandatario asistió a esa zona para –supuestamente- calmar los ánimos de una población que se hartó de ser intoxicada no solamente con elementos químicos expelidos por empresas privadas y, tal vez, por ENAP, sino también por las mentiras de las autoridades, las de hoy y las de ayer, que no han tenido voluntad política para defender el derecho que tiene esa comunidad a disfrutar de una vida limpia y digna.

Por supuesto, los fanáticos del ultra nacionalismo no demoraron en irrumpir en las redes sociales con violentos ataques a prensa y usuarios que ponían en duda la versión oficial de lo acaecido en  Quintero y en Puchuncaví. Quienes aún llenan twitter y facebook con ‘bots’ son defensores de la privatización del país entero, y cualquier asunto que huela a “estado” o a “fisco” recibirá sus andanadas.  No les interesa la verdad si esta les impide recibir nutrientes para su extremismo ideológico.

Lo acaecido en Quintero es un buen ejemplo de lo dicho.  Prestan oídos sólo a lo que conviene a sus intereses, y lo hacen aunque se trate de “presunciones”, como reconocieron algunas autoridades gubernamentales que continúan esmerándose en evitarle responsabilidades a dos empresas privadas, Oximin y Gasmar, las que podrían verse afectadas -si finalmente resultaran ser causantes de la intoxicación producida en aquel puerto- con el pago de una multa que supera los ocho millones de dólares.

Mientras ello no ocurra y el gobierno permanezca en la duda, para gran parte de la población de esa zona la presunción de culpabilidad seguirá recayendo en las empresas mencionadas y en el propio mandatario, a quien se acusa de tener intenciones de privatizar ENAP.

Por ello, y por lo ya dicho en estas líneas, los ‘bots’ del ultra nacionalismo y del mega neoliberalismo continuarán bombardeando twitter y facebook….inútilmente, pues nadie puede tapar el sol con un dedo.

 

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